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Tribuna
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¿Igualdad de oportunidades o darwinismo social?

Profesores y alumnos de secundaria de tres institutos analizan los cambios que para este nivel educativo prepara el Gobierno central. Las críticas a la implantación de la reválida y las dudas sobre la forma y la efectividad de los cuatro itinerarios lectivos anunciados centran el debate.

Desde hace algunos meses se observa en los medios de comunicación la aparición de informes de ignorada procedencia, documentos de autor desconocido, sobre los comportamientos de los adolescentes españoles, que el Gobierno de la Nación se encarga de utilizar 'convenientemente', para demostrar que una educación permisiva y tolerante produce una juventud ignorante, borracha o drogadicta. Siempre esperando que estas noticias terminen, he llegado a la conclusión de que no lo harán hasta que la estrategia del gobierno triunfe y se imponga sus tesis reaccionarias.

Me he quedado petrificado leyendo que los jóvenes no saben leer bien, no comprenden las matemáticas ni las ciencias. Ciertas organizaciones encargadas del seguimiento de la educación a nivel europeo nos avisan de que los jóvenes españoles son los menos preparados en algunas materias. Me preocupo, indago, y me aclara una profesora de un colegio, elegido para este test, que nuestros alumnos hicieron un tipo de examen que no habían hecho en su vida. Me sosiego, pero me enfado por no haber visto reflejada esta opinión en los informes solicitados. Estrategia pura, dura y tramposa.

Aprueban una Ley de Ordenación de la Universidad (LOU) para controlar la Universidad, para dificultar el acceso a ésta, para amordazar a los estudiantes. Escuchamos voces del PP en las que se afirma que no es posible que todos los jóvenes tengan un título universitario. No la consultan con nadie y les molesta que se les critique desde todos los ámbitos de la Universidad. El gobierno del PP no resuelve problemas, los agranda para poder legislar sectaria y retrógadamente. Para volver a imponer la hegemonía del conservadurismo más rancio como ideología dominante.

Están desmembrando el sistema educativo. Ahora toca la reforma de la Enseñanza Obligatoria y el acceso a la Universidad. Ya lo dijo Aznar en su congreso: 'El objetivo prioritario en política de educación se basa en volver a implantar la repetición de curso'. Pero, ¿alguien en su sano juicio piensa que la solución consiste en que los chavales vuelvan a repetir y tenga que volver por el calvario de los controles? ¿ Hay algo más anti pedagógico que eso? Nadie del Gobierno mira hacia Francia donde el sistema funciona bien, porque su atención está puesta en los modelos anglosajones de educación dual y clasista.

El problema de fondo está en que España ha reducido su compromiso financiero con la Educación y con los servicios públicos en los últimos años, indecorosa tarjeta de visita para presidir el próximo Consejo Europeo de Barcelona. Así que, menos financiación pero más control. Matamos el problema a cañonazos. Menos becas, más reválida, ¿también en las Universidades privadas? 'No, no, -contestó un rector-, la LOU no les obliga a poner pruebas de acceso: En las privadas pagas el peaje y entras'. 'Pero hombre, -le espetó el alumno-, no todo el mundo puede pagar el peaje'. 'Los de siempre sí, -sentenció el rector-'.

Claro que también los de siempre tienen fallos en su educación. En la de antes, por ejemplo, recuerdo cuando un 24 de febrero de 1998, Aznar, ya presidente del Gobierno dijo: 'Aquí en el Escorial hubo una conspiración y si quiere se la cuento: Una conspiración del príncipe y luego rey Fernando VII, a comienzos del siglo XVIII'. Hacer la reválida no le impide a alguien confundirse en nada menos que un siglo de la Historia de España y luego ser presidente del Gobierno.

Poco antes, su Ministra de Educación, Esperanza Aguirre, creyó que el premio Nobel de Literatura Saramago era en realidad una pintora llamada Sara Mago. También ella había hecho la reválida.

Todo esto viene a confirmar que la reválida, lo único que hará será eliminar a gente (probablemente a los que menos recursos tengan), cuando de lo que se trataría es de aumentar los recursos para la educación pública.

La derecha nunca creyó en la igualdad de oportunidades sino en la herencia y en el darwinismo social. Y es que, para ellos, los que más tienen son de por sí los mejores y, por tanto, hay que poner el sistema educativo a su servicio.

En definitiva, los ciudadanos esperan de nosotros, sus representantes políticos, que demos respuestas a sus problemas. Y es obligación nuestra erradicar la anomia (desinterés por la política) de nuestra sociedad. ¿Está el PP en esta actitud? Desgraciada y rotundamente no. Todo lo contrario. Eso es tarea de la izquierda, de una mayoría social a la que la derecha quiere volver a imponer sus ideas rancias y de antaño. Es posible que Aznar cuando dijo que Fernando VII era de principios del siglo XVIII no se equivocara en un siglo. Simplemente que con el PP vamos a retroceder esos cien años.

Rafael Velasco Sierra es secretario general de JSA y diputado en el Congreso por Córdoba.

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