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El juicio contra Caba evidencia el débil control gibraltareño del blanqueo

El caso queda hoy visto para sentencia

En el juicio contra el ex alcalde de Estepona Antonio Caba y otros cuatro imputados por un presunto delito de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico, el fiscal ha puesto en evidencia la debilidad del sistema de control gibraltareño contra el blanqueo. Pero la acusación pública aún no ha demostrado su tesis de que los acusados blanquearon unos 400 millones de pesetas y que todos conocían la procedencia ilícita del dinero.

La declaración de un perito de la defensa, el abogado gibraltareño James Levi, sirvió al fiscal antidroga Daniel Campos para dejar en entredicho el sistema de control de la ley gibraltareña contra el blanqueo de capitales. Levi contestó a una pregunta 'hipotética' del fiscal: ¿Una persona con antecedentes por traficar con heroína y sin pasaporte puede acudir a un fiduciario gibraltareño para que éste figure como administrador de sus empresas? La respuesta fue que 'hay un mecanismo para evitarlo' y que 'no hay que hacer negocios con una persona así'. En otras palabras, que el mecanismo de control no funcionó en absoluto en el caso de Levent Uckler en otoño de 1997.

Uckler había sido condenado en 1990 en España por tráfico de heroína y tenía retirado su pasaporte en 1997, en ambos casos bajo la identidad de François Cambier. Levi, sin embargo, reiteró las bondades de la ley gibraltareña contra el blanqueo y basó el control en las referencias de los profesionales de la abogacía y la banca. 'El 99% del dinero llega a Gibraltar por los bancos y ellos tienen que hacer el control', afirmó Levi a preguntas del defensor de Antonio Caba, Horacio Oliva.

De hecho, este caso no sólo pone en cuestión el mecanismo de control de un paraíso fiscal como la colonia británica, sino que el propio sistema español no exige al inversor extranjero que demuestre el origen lícito de su dinero. Ahora son las autoridades nacionales las que tienen que demostrar el origen fraudulento de los capitales.

La defensa de Caba se basa esencialmente en el principio de que el ex alcalde de Estepona se limitó 'a ejercer su profesión y cumplir con las leyes'. También en que ignoraba los antecedentes de su cliente, que llegó por azar a su despacho, según declaró ayer un testigo. El fiscal todavía no ha demostrado lo contrario. Hoy lo intentará con la ayuda de los policías que investigaron el caso.

Durante su testimonio en la Audiencia Nacional, uno de los cinco imputados en esta causa, el fiduciario gibraltareño Anthony Napoli se lamentó ayer por dos veces de no haber conocido los antecedentes de Uckler. Antonio Caba encargó a Napoli en 1997 comprar unas empresas irlandesas que iban a tener como último beneficiario a cada uno los cuatro hijos de Uckler y su esposa, Isabel González (por cuya muerte en el verano de 2000 Uckler está en la actualidad en prisión preventiva), y que se convirtieron en propietarias de dos gasolineras y tres viviendas en España.

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Napoli fue el único titular de las ocho cuentas - en marcos alemanes y francos suizos- que estas sociedades tenían en la sucursal del Solbank en la zona. El director de esta oficina, Carlos Jiménez, reconoció ayer como 'titular real' de las ocho cuentas a Uckler. El fiscal refirió decenas de ingresos, por transferencia y en efectivo en estas cuentas, siempre de cantidades inferiores a un millón de pesetas, movimientos de los que el banco no informó a las autoridades porque no lo consideró anormal.

'Normal' y 'habitual' fueron las palabras que más emplearon los testigos de la defensa ayer. La búsqueda por extranjeros no residentes de empresas radicadas en el extranjero y un fiduciario gibraltareño como único titular legal, las transferencias, la presencia de bancos españoles en Gibraltar son absolutamente 'normales' para los testigos.

Napoli dijo que trabaja desde hace 13 años y administra 650 empresas para extranjeros, muchas de ellas en España. También que hay otros 200 profesionales fiduciarios en Gibraltar. Fuentes de la defensa hablan de las 70.000 sociedades radicadas en la Roca e insinúan que 'este es en realidad el verdadero objetivo de este proceso'. El juicio quedará hoy visto para sentencia.

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