Adivinos por la planta de los pies
El Centro de Medicina Deportiva de la Comunidad analiza la huella como forma de detección de potenciales talentos
Los hay que leen la palma de la mano y los que leen la planta de los pies. El centro de Medicina Deportiva de la Comunidad de Madrid, que depende de la Dirección General de Deportes, pertenece a este segundo grupo: aplica una prueba médica -dentro de su programa para la detección, selección y desarrollo de talentos deportivos- que aprovecha al máximo lo que todos llevamos escrito en la huella de los pies.
No es arte de magia. 'Se trata de un método científico que tiene en cuenta que el pie es lo que mantiene el edificio, y que con la huella se puede evaluar lo que hay más arriba, porque es un reflejo de la realidad corporal', explica Roberto Hernández Corvo, el facultativo que realiza la prueba.
'Puedo decir si un determinado sujeto es, desde el punto de vista biológico, mejor para la competición'
Para su trabajo, este médico cubano no emplea bola de adivino, sino un podoscopio y una plataforma de estabilometría, aparatos que le permiten analizar con toda claridad la planta de los pies. Hernández sube a una joven atleta, que practica el squash, al podoscopio (una especie de taburete de cristal con un espejo en el suelo sobre el que se proyecta una luz verde). Y allí observa la huella de la joven.
'La huella nos revela desalineaciones de la columna o dismetrías de miembros', comienza el doctor. 'Es una forma de ver si una persona está sana, que al final es el requisito básico e imprescindible para todo deportista, y de diagnosticar procesos patológicos que pueden interferir en la práctica del deporte'.
Pero Hernández no analiza sólo huellas estáticas. También les toma la huella -sobre la plataforma de podoestabilometría- a los sujetos en movimiento y en equilibrio sobre un solo pie. Se trata de una plataforma con sensores de carga que manda toda la información gráfica a un ordenador. En él se puede ver dónde el deportista carga más peso y la capacidad de equilibrio que tiene, si oscila hacia delante o hacia atrás.
Pero ¿cómo es la huella perfecta para ser un deportista? 'Es la huella normal, la que no revela ninguna patología', dice el experto.
¿Y hay prototipos de huellas? ¿Es distinta la de un niño que pueda llegar a ser buen atleta que la del que podría ser un buen futbolista? 'No, las cosas no son tan sencillas', precisa el gerente del centro, Juan Carlos Segovia. 'Hay que tener en cuenta que la podoestabilometría se aplica dentro de un conjunto de pruebas médicas. El objetivo es descartar a sujetos que, por sus características biológicas, no son válidos para el deporte de alta competición. Porque, como te puedes imaginar, no es lo mismo entrenar dos horas a la semana que cinco o seis diarias'. Y agrega: 'Estas pruebas nos permiten también ofrecer soluciones a problemas determinados'.
Hernández muestra las huellas de los pies de dos deportistas: 'Son dos sujetos iguales, con la misma altura y el mismo peso. Pero fíjate'. La una revela unos pies planos; la otra, unos pies con una curva perfecta. 'Yo, si tuviera que elegir en quién hay que invertir para hacer un campeón, lo tendría claro'. No obstante, puntualiza: 'El médico no hace campeones. Eso es tarea del entrenador. Yo puedo decir que determinado sujeto es, desde el punto de vista biológico, mejor que otro para la competición. Pero luego el entrenador sabrá si uno tiene más gallardía, si se crece cuando tiene rivales...'
El programa de detección de talentos se aplica a varios niveles, dice el gerente. En la primera fase se trata de acudir a eventos (como Juvenalia, donde hicieron pruebas a casi 500 niños de entre nueve y 14 años) que congregan a muchos chavales susceptibles de ser analizados. Allí se les talla y se les pesa, se les hace la prueba de la huella (estática) y una valoración de la composición corporal, entre otras pruebas médicas y de valoración de rendimiento. 'La ventaja de estas pruebas, incluida la de la huella, es que no hacen daño, las puede pasar mucha gente y son muy económicas', explica Segovia.
Los seleccionados pasan a una segunda etapa, a la que llegan también los escogidos por las distintas federaciones. En el Centro de Medicina Deportiva les realizan unas pruebas más detalladas: electrocardiograma, espirometría, test de salto y de fuerza, o la podoestabilometría.
Sólo a quienes llegan a una tercera fase, entre los que están incluidos los 40 jóvenes que se hallan en centros de especialización y los 190 deportistas becados, se les hacen las pruebas definitivas: test anaeróbicos (para valorar el rendimiento con esfuerzos de poca duración), pruebas aeróbicas (para valorar la respuesta cardiovascular y respiratoria en esfuerzo) y los test de campo, que permiten valorar los parámetros fisiológicos y de rendimiento específicos en un determinado deporte.
Revisiones a 30 euros
No sólo los deportistas de élite necesitan cuidar su salud. El Centro de Medicina Deportiva de la Comunidad de Madrid (www.comadrid.es/deportes), que lleva funcionando un par de años en el estadio de La Peineta, también realiza reconocimientos a las personas que practican deporte sin más ambición que la de disfrutar. Basta con llamar al 91 580 51 61 y pedir hora para hacerse un chequeo general. 'Cuando se va a iniciar la práctica deportiva por cualquier razón -ocio, prescripción médica, competición- es necesario realizar una serie de pruebas médicas que nos confirmen si estamos en condiciones de realizar actividad física. Debemos, en función de eso, corregir el tipo de ejercicio, o la cantidad e intensidad del mismo', explica el gerente del centro, Juan Carlos Segovia. Y añade: 'Porque el ejercicio físico es fundamental para una buena salud, pero una práctica inadecuada puede ser motivo de molestias y lesiones'. Además, las tarifas de los reconocimientos globales son, según el gerente, 'mucho más ecónomicas' que en otros centros: 30,05 euros (5.000 pesetas) por un chequeo médico elemental, que es muy completo aunque -se ríe el gerente- no incluya el análisis de la huella de los pies. Un análisis de sangre cuesta 9,02 euros (1.500 pesetas), y 18,03 euros (3.000 pesetas) una valoración de la amplitud articular o un test de campo. Y es que el centro tiene entre sus funciones estudiar y realizar el seguimiento médico-deportivo de los deportistas de la Comunidad, así como diagnosticar cuanto antes los procesos patológicos que pudieran interferir la práctica normal de la actividad física.
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