¿Se imaginan ustedes?
¿Se imaginan un hospital cuyo servicio de urgencias nocturno esté atendido solamente por estudiantes? ¿Se imaginan que una anciana, con síntomas de colapso cardio-respiratorio, tenga que esperar más de 24 horas en un pasillo, sin que le den de beber un vaso de agua, para ser atendida?
¿Se imaginan habitaciones de seis pacientes sin WC, ni botón de llamada para tratar posibles emergencias? ¿Se imaginan una pasmosa carencia de medios materiales y humanos, cuando a escasos metros se ha cerrado un hospital militar?
¿El Kurdistán? ¿Acaso el Congo? No, el hospital Clínico San Carlos, en Madrid, capital de la Presidencia Europea en 2002.
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