Porto Alegre

Esto se acaba hoy mediante una fiesta tan roja y verde como la inaugural y una impresión general de entusiasmo vigilante. Entusiasmo porque el éxito de convocatoria demuestra las expectativas creadas por el Foro Social de Porto Alegre y vigilante porque ya todos sabemos que se puede morir de éxito y el Foro moviliza afinidades de izquierda diversas, y no es fácil avanzar sobre las diferentes espaldas de un sujeto tan plural que va desde el paleocomunismo hasta el post y el pre de todas las izquierdas. Si el Foro Social de Porto Alegre ha avanzado se debe a esa pluralidad, y al misterio casi teológico del intelectual orgánico colectivo habrá que atribuirle la posibilidad de crecimiento de una internacional emancipatoria para el siglo XXI.

Porto Alegre frente a Davos. Dos marcas que representan dos lecturas de la globalización, la de los globalizados y la de los globalizadores. Reunidos este año en Nueva York, los de Davos no han podido evitar la exhibición de su mala y su falsa conciencia, como si el haber descendido de una de las varias montañas sagradas de la teología neoliberal les hubiera obligado a registrar realidad. He podido contemplar el tratamiento que la CNN para Latinoamérica ha dado a los dos foros, el económico de Nueva York y el social de Porto Alegre. La CNN ni quitaba ni ponía rey, pero ayudaba a su señor y, aunque cedió minutos a los contestatarios, a los señores de la Tierra los trató de usted y puso a su servicio una estadística surrealista sobre los grados de aceptación popular de la globalización en Latinoamérica. Naturalmente, sólo los argentinos la rechazan y en cambio más del 80% de los venezolanos la aceptan. Las encuestas son hijas de su padre y de su madre y ésta ha sido como un reconstituyente vitamínico para los alicaídos globalizadores.

El Foro Social volverá a celebrarse en Porto Alegre en el año 2003 y luego será itinerante, desde el deseo de asumir la aldea global. Inquieta prescindir de la marca Porto Alegre porque el mercado es algo más que la patria del enemigo. Es un paisaje global que convierte en marcas hasta las insumisiones.