Un vigilante de Metro pide perdón por la muerte del hijo de Sauquillo
'Por favor, valoren que no soy un delincuente', pidió el acusado
'Por favor, valoren que no soy un delincuente', rogó José Luis Hernández Calvo, jefe de seguridad de Metro, al jurado que tiene que decidir si es culpable o no de un presunto delito de omisión del deber de socorro. En la noche del 6 de abril de 1998, Hernández Calvo, según la acusación, ordenó a dos vigilantes que sacaran a la calle a Javier Echeverría-Torres, de 19 años, al que hallaron tirado en la estación de Lista con una hipoglucemia. Creyeron que era un drogadicto. El joven murió horas después.
Hernández Calvo reconoció ayer en la Audiencia Provincial haber cometido un 'error' en su actuación, pues no fue consciente del estado de gravedad del joven. Por ello, pidió públicamente perdón. Lamentó, igualmente, haber tardado en comprender la gravedad de la situación y en llamar a una ambulancia. Pidió al jurado que, 'por favor', valorara que él no es 'un delincuente'.
Pero según la fiscal, Javier Echeverría-Torres, hijo de la eurodiputada Francisca Sauquillo, enfermo de anorexia nerviosa, cayó sobre el suelo de la estación sin el necesario auxilio. Tras ello, los vigilantes Juan Carlos García y José Muñoz pidieron una ambulancia a Hernández Calvo, quien, según agrega la fiscal, 'les aconsejó que desalojaran al muchacho', lo que fue aceptado por los otros dos procesados que sacaron al joven a la calle.
Recogido por el Samur
El joven permaneció en esa situación hasta que, pasada la una y media, fue recogido por una ambulancia del Samur que le trasladó al hospital de La Princesa, donde falleció. La fiscal pide para Hernández Calvo una multa de 720.000 pesetas, para Juan Carlos García otra de 360.000 y una tercera de 180.000 para José Muñoz.
Por su parte, Juan Carlos García declaró ayer que en sus 16 años de profesión 'nunca' había actuado 'de mala fe y en este caso menos'. Asimismo, José Muñoz responsabilizó a Metro de no haber hecho uso de los medios de que dispone para prestar la asistencia necesaria al muchacho. 'El día del incidente teníamos todo lo necesario y lo que nos falló fue el incumplimiento de la ley por parte de Metro', señaló Muñoz.
La defensa del vigilante Juan Carlos García pidió al jurado que tenga en consideración que lo que se está juzgando no es un acto de heroísmo por parte de quienes atendieron al joven, sino si se prestó o no la ayuda necesaria.
Además, defendió la actuación del vigilante que 'actuó correctamente al preguntar al joven por su estado, hacer una llamada a la central de seguridad, sala 3, pidiendo una ambulancia y marcharse del lugar con el convencimiento de que el Samur estaba en camino'.
Mientras, el defensor del vigilante José Muñoz insistió en que éste 'hizo todo lo que estuvo en su mano para socorrer al chico', por lo que 'no existió omisión del deber de socorro con independencia del resultado que finalmente se produjo'. Asimismo, responsabilizó de lo ocurrido al fallecido por ser 'plenamente consciente de su estado', tal como quedó, en su opinión, probado en las declaraciones de los médicos que le atendían regularmente por su enfermedad.
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