El dueño del bar será juzgado por vetar el acceso de gitanos

Luis Luque Alarcón, el dueño de la sociedad que explota el bar Caipirinha, será juzgado mañana en Barcelona, acusado precisamente de impedir el acceso de una persona de etnia gitana a otro local de su propiedad situado en el mismo complejo Maremàgnum. El fiscal le acusa de un delito continuado relativo al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas y solicita para él tres años de inhabilitación para ejercer la actividad de administración y dirección de empresas, locales y salas de ocio.

Los hechos por los que Luque se sentará en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 11 de Barcelona se remontan al primer semestre de 1999, cuando, según el escrito del fiscal, 'dio órdenes a los empleados y el personal de seguridad de dicho establecimiento para que negaran la entrada en el mismo a personas pertenecientes a la etnia gitana'. Asegura el fiscal que 'por el mero hecho de ser gitanos', Basilio Perona Cortés y su primo José María no pudieron entrar la noche del 18 de junio de 1999 en el bar Mojito, un local explotado por la sociedad Nonospana, SL, la misma que explota el bar Caipirinha.

SOS Racismo denunció ante la Fiscalía de Cataluña en mayo de 2000 que las expulsiones racistas del complejo Maremàgnum eran una práctica habitual. Tras una investigación por parte de la Guardia Civil y después de que declarasen las personas supuestamente perjudicadas por los hechos y los propietarios de los locales, la fiscalía presentó dos denuncias. Una contra Luque y otra contra los administradores de otra sociedad que explota otras tres salas en el mismo Maremàgnum y que, según el fiscal, 'no permitían la entrada de aquellas personas que fueran negras, gitanas o árabes por el simple hecho de serlo'. En este caso, el fiscal solicita para cada uno de los acusados cuatro años de inhabilitación por el mismo delito. Ese juicio se celebrará en abril.