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El fiscal dice que Maeso supo que tenía problemas hepáticos en 1993

La defensa explica su recurso al procesamiento

Un análisis de 1993 demuestra que Juan Maeso tenía los marcadores hepáticos 'muy elevados'. El médico anestesista se sometió a esa prueba en un periodo de cuatro meses de inactividad en los quirófanos por recomendación del que entonces era su jefe en La Fe. Ese dato y la coincidencia del virus del especialista con el de 272 pacientes fueron los argumentos que ayer utilizó el fiscal para desmontar la apelación de la defensa contra el auto de procesamiento.

La sala de vistas de la sección primera de la Audiencia de Valencia congregó ayer a más de una docena de letrados en la sesión en la que el tribunal escuchó las razones por las que la defensa de Juan Maeso apeló el auto de procesamiento. Francisco Davó, abogado del médico anestesista acusado de contagio masivo del virus de la hepatitis C en cuatro hospitales de Valencia, basó su recurso en que, en su opinión, el auto dictado por el titular del Juzgado de Instrucción número cinco de Valencia 'vulnera la presunción de inocencia y no existen pruebas inculpatorias'.

Davó repasó durante casi tres horas el auto de procesamiento y dijo a la sala que 'Juan Maeso es un cabeza de turco, culpable incluso desde antes de iniciarse la investigación cuando, en realidad, es una víctima más'. El letrado afirmó que la instrucción estaba viciada y que todas las pesquisas se han hecho 'con la premisa de culpar al médico anestesista y rechazando otras pruebas que arrojarían luz a los hechos'.

El fiscal contestó a la defensa en escasos treinta minutos y expuso al tribunal la serie de investigaciones realizadas sobre todos y cada uno de los casos. 'No ha habido ninguna caza de brujas', aseguró. 'Las investigaciones concluyen que de las 619 denuncias recibidas, 272 corresponden a afectados con el mismo tipo de virus del doctor Maeso. Pero además, se han investigado otros posibles orígenes del contagio como transfusiones, hemoderivados o esterilización del material de intervenciones. El único elemento común es Juan Maeso', añadió.

El fiscal insistió en que existen indicios más que racionales sobre la responsabilidad del anestesista en el contagio. 'No sólo el rumor es extendido de los problemas del doctor con el consumo de opiáceos sino que el facultativo estuvo apartado del servicio, aunque administrativamente no consta, entre marzo y junio de 1993 tras la recomendación del que entonces era su jefe en el hospital La Fe. El 30 de marzo de aquel año, Juan Maeso se hizo un análisis cuyo resultado demostró que sus marcadores hepáticos eran muy elevados y ante lo cual el anestesista no tomó medida alguna', expuso el fiscal. Por ello, solicitó al tribunal que desestimara la apelación del recurso 'basada en argumentos que ya han sido contestados anteriormente a la defensa'.

El fiscal también recordó a la sala que el Hospital Militar abrió expediente a Juan Maeso por abuso de dolantina. 'En uno de los casos, si la paciente hubiera recibido la cantidad de sustancia que aparecía reflejada, hubiera muerto'.

También el abogado Manuel Mata, que representa a un importante número de afectados, solicitó que se desestimara el recurso de apelación. Mata inició su intervención recordando que 'no puede haber vulneración de la presunción de inocencia en un auto de procesamiento porque se habla de indicios. La presunción es tal que el acusado está en libertad, sin medidas cautelares y se ha declarado insolvente'. El letrado, que dijo que la instrucción ha estado encaminada a centrar los hechos y que recordó el valor científico de las pruebas que acreditan la cadena del virus, aseguró que 'desde que Maeso fue apartado de los quirófanos no se producen los contagios por los que se inició esta causa'.

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