Turismo de última hora
Los europeos retrasan las reservas para el verano por la crisis económica y sumen a los hoteleros en un mar de dudas
El turismo vive una situación atípica. La crisis económica y, en menor medida, la resaca de los atentados del 11 de septiembre, han cambiado las costumbres de los europeos, que retrasan la reserva de sus viajes. Aunque los hoteleros españoles reconocen que desde hace una semana la situación mejora, a diciembre pasado las reservas habían caído significativamente con respecto al año anterior.
A finales de diciembre las reservas del mercado británico habían caído en Baleares el 30% y hasta el 32% en la Costa Dorada
Turespaña y seis comunidades autónomas han acordado un plan para la promoción exterior de 7,2 millones de euros
El retraso en las ventas podría suponer problemas de tesorería para los operadores y el comienzo de una guerra de precios
'En la Península aún no son conscientes de lo que está pasando, de que la principal industria del país, el turismo, está en recesión'. Ignaci Esteve, vicepresidente de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, dejaba patente su pesimismo la semana pasada en Madrid, en el transcurso de unas jornadas organizadas por Ernst & Young. Según dijo, una bajada de entre el 10% y el 12% de la ocupación en los hoteles vacacionales repercute en los resultados operativos entre el 20% y el 25%. Y, en Baleares, según las estimaciones de la consultora, la ocupación llegó a caer hasta el 16% en el mes de noviembre.
Mientras Canarias ha aguantado algo mejor el tirón, Baleares atraviesa una complicada situación que se da también en las demás zonas de sol y playa españolas. A finales de diciembre pasado, las reservas del mercado británico -que aporta 10 millones de turistas y es, junto al alemán, el más importante para España- habían caído en el archipiélago mediterráneo el 30% y hasta el 32% en la Costa Dorada, según datos facilitados por Joan Molás, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería de Cataluña. Y la caída del mercado alemán era, aproximadamente, del 20%. Incluso las cifras del Instituto Nacional de Estadística, siempre más favorables que las que aporta el sector, apuntan una caída del 5,7% en la ocupación hotelera -urbana y vacacional- en diciembre pasado.
La coyuntura, según afirman Germán Porras, director de Turespaña, y los hoteleros, 'no es favorable'. Y, sin embargo, y salvo excepciones como la de Ignaci Esteve, nadie habla de crisis. 'El sector puede aguantar', apunta Molas. 'Está saneado financieramente, es profesional y dinámico y la caída de las reservas irá disminuyendo'.
'Lo peor ha pasado'
Según Molas, ya desde la semana pasada las ventas a los operadores turísticos iban a mejor ritmo. Hasta el punto de que la opinión generalizada es que 'lo peor ha pasado' y el verano, sin alcanzar las cotas del año 2001, puede que no sea tan malo como las actuales cifras hacen suponer. 'Lo que se está dando', dice el portavoz de la cadena Riu -96 hoteles vacacionales-, 'es un fenómeno novedoso e inesperado: la tardanza de los europeos en hacer sus reservas. Las de última hora ya son tan importantes que no somos capaces de hacer previsiones ni siquiera para marzo.' Ese fenómeno, por una parte, está obligando a los hoteleros a hacer cambios en su organización y, por otra, supone una amenaza. La de que los operadores tengan problemas de tesorería y trasladen sus tensiones a los hoteleros y empiece entonces una guerra de precios que, al menos todavía, no se está dando.
Para los hoteleros la causa del retraso en las reservas está muy clara: por la incertidumbre económica. Tanto en Alemania como en el Reino Unido hay temor a la pérdida del puesto de trabajo. Los efectos del 11 de septiembre, que vaciaron destinos como el Caribe o el norte de África, ya apenas ni se notan. Según un estudio realizado por Turespaña sólo el 3% de los británicos afirma que no viaja 'por temor a volar' mientras la mayoría cita la incertidumbre económica como la primera causa.
Menos ingresos
'El 11 de septiembre lo que hizo fue acentuar un clima de recesión económica que ya antes se estaba produciendo', dice Antonio Hostench, de la consultora Roland Berger. De hecho, según los datos de esta compañía, el crecimiento del turismo internacional durante los ocho primeros meses de 2001 fue menor que el del mismo periodo del 2000. Aunque los últimos meses terminaron de dar la puntilla. Se estimaba que los ingresos el año pasado crecerían entre el 2% y el 3% y, según Roland Berger, crecieron apenas el 1%. Sin embargo, de cara a este ejercicio la consultora se muestra moderadamente optimista. 'Sin nuevos factores externos que puedan producir un impacto significativo, la confianza del consumidor en el sector volverá a ser una realidad a lo largo de 2002'. La recuperación, a su juicio, 'se hará latente en la segunda mitad del año'. Molas cree, por su parte, que para que se produzca una recuperación total, las ventas de aquí al mes de abril tendrían que ser muy altas.
Según la consultora, el sector debe conseguir cuatro grandes retos: recuperar la confianza del consumidor tomando y comunicando medidas de seguridad; segmentar y ajustar la oferta a las nuevas demandas reorientando los canales de distribución; mejorar la eficiencia y los costes en los canales de distribución, consolidando el sector a través de alianzas y fusiones, y una mayor colaboración entre las empresas privadas y el sector público.
El retraso en la venta con vistas al verano ha propulsado la consecución de un acuerdo entre Turespaña y seis comunidades autónomas -todas ellas, salvo Madrid, de sol y playa- para la promoción exterior. Se trata del lanzamiento de una campaña de choque con un presupuesto de 7,21 millones de euros, financiado en un 50% por las comunidades autónomas y el resto por Turespaña.
Estadísticas poco creíbles y cuentas satélite
'El análisis económico del turismo está en mantillas'. Así lo ha reconocido Antonio Massieu, jefe de sección de la Organización Mundial de Turismo, para quien uno de los problemas que tiene que afrontar el sector es 'la falta de credibilidad estadística'.
Hasta ahora, uno de los principales indicadores que se ha tomado en cuenta para medir el turismo ha sido el número de visitantes. Otro, la ocupación hotelera. Pero ninguno refleja lo que el sector del turismo representa en realidad. De ahí la necesidad de establecer, no sólo en España, sino a nivel internacional, las denominadas cuentas satélites con las que medir el impacto del sector en el conjunto de la economía. Según Massieu, España presentará por primera vez la suya en el marco de Fitur, la feria que empieza el próximo día 30.
Patrocinar la mejor comprensión, difusión e implantación de cuentas satélites, a nivel nacional y regional y elaborar nuevos indicadores turísticos es también uno de los principales objetivos de Exceltur, la alianza recientemente creada por 19 de las principales empresas turísticas españolas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.