El Celta hace un quiebro al destino
Mostovoi y Edu anulan la ventaja inicial de una Real incapaz de defenderse contra 10 hombres
El Celta se agarró a las oportunidades que le brindó una defensa de sainete para hacerle un quiebro a su destino, que amenazaba con remitirle a los peores tramos del campeonato, cuando no enganchaba con la victoria. Con un fútbol digno, los minutos se le escurrían de las manos o se estrellaban en el larguero, hasta que jugando ya con diez hombres irrumpió Mostovoi de su limbo y arreó dos fogonazos en la mal defendida portería de Westeldber. Ocurrió con el permiso de la zaga de la Real Sociedad, un monumento a la incompetencia.
CELTA 3| REAL SOCIEDAD 1
Celta: Pinto; Coira, Cáceres, Berizzo, Sylvinho; Vagner, Luccin; Edu, Mostovoi (Doriva, m. 85), Gustavo López (Jesuli, m. 77); y Catanha (Giovanella, m. 67). Real Sociedad: Westerweld; López Rekarte (Gurrutxaga, m. 60), Kvarne, Luiz Alberto, Aranzabal; Xabi Alonso (Nihat, m. 70), Idiakez; Tayfun, Khokhlov, De Pedro; y Kovacevic (De Paula, m. 70). Árbitro: Fernández Marín. Expulsó a Luccin (m. 55) por doble amonestación. Mostró tarjetas amarillas a Berizzo, Idiakez, Gurrutxaga y Aranzabal. Goles: 0-1. M. 20. Khokhlov rompe el fuera de juego de la defensa, regatea a Pinto y anota de tiro cruzado casi sin ángulo. 1-1. M. 61. Mostovoi aprovecha un rechace de la defensa y anota desde fuera del área. 2-1. M. 66. Mostovoi recibe un centro desde la izquierda y bate a Westerweld. 3-1. M. 90. Edu aprovecha un error de Luis Alberto, dispara raso, la pelota toca en el defensa realista y se va dentro. Unos 22.000 espectadores en Balaidos.
Lo que se perfilaba como el inicio de una crisis quedó en susto, y esta vez el descuento deparó sorpresas agradables. La Real Sociedad presentó un juego indigno de un colista, una defensa de porcelana, lo que dio lugar a un partido abierto, modesto en detalles de calidad pero repleto de alternativas y desgaste físico.
En este apartado la ventaja de la Real Sociedad fue fundamental, porque se permitió el lujo del contraataque sin necesidad de esperar el Celta en la cueva: se replegó el equipo que entrena John Benjamín Toshack al mismo ritmo con que su rival conducía el balón hacia el ataque, o sea sin prisas, y salió disparado con él en cuanto le echó el lazo. A la contra llegó el gol de la Real. No sólo por su rapidez, sino porque medio Celta se quedó en el área reclamando un penalti sobre Vagner que no fue. Son las famosas lagunas a las que ya se ha acostumbrado Balaídos. Bajó más rápido Fernández Marín que el equipo de casa, y Khokhlov hizo el resto: recibir con metros por delante, sortear a Pinto y quedarse con toda la defensa: se esperaba el pase de la muerte, y el delantero realista la mató de un tiro cruzado .
Pero las cosas se le complicaron a la Real Sociedad por la defensa y por una noche de su portero que servirá de conversación en San Sebastián. Insegura durante toda la noche, principalmente por el centro, Kvarten acabó por ceder un rechace donde los libros lo desaconsejan: justo a la frontal del área. Instintivamente, Mostovoi enganchó un disparo ni muy duro ni muy colocado, pero suficiente para batir a Westerweld.
Cansado de lanzar al larguero, el Celta encontró la precisión en la segunda parte, cuando ya jugaba con diez por la expulsión de Luccin. Fue el momento para la heroica, que siempre se le ha dado bien al equipo. Poco después del regalo de Kvarten llegó otro colectivo de toda la zaga, que hizo pasillo a la aparición de Mostovoi.
Irrumpió entonces el fantasma de los minutos finales, el de los goles en el descuento, conocido por sus apariciones frente al Athletic o el Rayo Vallecano: el miedo a la derrota inopinada en los minutos finales. Pero esta vez el descuento deparó un gol del Celta, que puede seguir pensando que la Liga de Campeones es no sólo un lujo a su alcance, sino una deuda pendiente.
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