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Reportaje:

Vuelve lo humano

El Palau de la Virreina exhibe la visión sobre nuestro tiempo de 17 artistas contemporáneos

Los grandes desplazamientos migratorios de la última década, realizados en ocasiones en condiciones muy precarias, han coincidido con una nueva época dorada de la tecnología y la ciencia que ha tenido en la genética y la informática sus dos grandes puntales. La magnitud de los dos fenómenos ha originado, a juicio de algunos estudiosos, un retorno a lo humano en su sentido más amplio. Lo humano visto ya no desde la fragmentación de décadas pasadas, es decir, desde el discurso de la etnia, el sexo o el cuerpo, sino desde un intento de recuperar algo más universal, algo que ayude mejor a comprender qué nos está pasando. Ésta es, al menos, la tesis de Parc humà. Una exposició de criatures globals, una exhibición que reúne el trabajo de 17 artistas contemporáneos de orígenes muy diversos y que se presenta hasta el 24 de marzo en el Palau de la Virreina de Barcelona. Se trata de la primera exhibición de la nueva etapa iniciada por este centro de exposiciones municipales desde que asumió su dirección el escritor Iván de la Nuez, comisario junto con Frederic Montornés.

Se trata de una tesis un tanto compleja para una exposición de arte que, debido a su amplitud, consigue estar presente en la mayor parte de las obras presentadas, cuyo interés desborda en algunos casos el propósito teórico de la exhibición. Destacan en ella algunas miradas por su contundencia. La del ucranio Borís Mikhailov es una de las más descarnadas. Presenta algunas imágenes de la serie Case history, realizada entre 1997 y 1998, que retrata los desheredados surgidos en Rusia tras la perestroika. Paga a sus modelos para que posen como lo que son, en este caso un conjunto de niños alcoholizados y abandonados a su suerte en cuya mirada no hay el menor rastro de ingenuidad.

Esta mirada desesperanzada sobre lo humano se contrapone, en otra parte de la exposición, a las fotografías de personajes anónimos captados en las calles y plazas de Barcelona por el artista suizo Beat Streuli. Una pieza, la de Streuli, situada estratégicamente para romper la aparente visión idílica, junto a otra sala en la que el alemán Frank Thiel presenta fotografías de las cámaras de seguridad que controlan espacios y edificios públicos.

El viaje aparece en la exposición de múltiples maneras, aunque posiblemente la más curiosa es una serie fotográfica, en blanco y negro, realizada por John Schabel. Con un potente teleobjetivo, este joven artista estadounidense ha captado el interior de un avión desde el exterior. Las fotografías se han realizado antes del despegue del aparato, pero la sensación que se tiene al ver a estas personas anónimas por las ventanillas se parece a la que podría tenerse en el aire, si esta imagen no fuera imposible.

De hecho, casi cada obra de la exposición tiene una historia, y ésta es una de sus principales bazas, junto a la apertura hacia creadores procedentes de diferentes disciplinas. Es el caso de Chris Cunningham, conocido en el campo del videoclip musical y la ciencia-ficción, del que se presenta Flex, su primer vídeo estrictamente artístico en el que de forma espectacular relata una relación, a veces violenta y otras sexual, entre dos personajes desnudos que acaban fundidos en humo. También la holandesa Inez van Lamsweerde y el estadounidense Anthony Goicolea proceden de otros campos, en este caso de la fotografía de moda. Goicolea, por ejemplo, exhibe imágenes digitales en las que aparece él mismo cual adolescente y repetido de forma clónica en una misma imagen en la que practica el canibalismo consigo mismo.

Las esculturas del artista español recientemente fallecido Juan Muñoz, experto en mostrar la incomunicación de la sociedad actual, o el tempo alargado de un viaje en barco que propone con su videoinstalación la catalana Montserrat Soto son otras propuestas de la exposición, que incluye también trabajos de My le Thi, Ravinder Reddy, Deimantas Narkevicius, Luis Cruz Azaceta, Guillem Nadal, Aziz-Cucher y Lars Arrehenius.

<i>Caníbales,</i> fotografía del estadounidense Anthony Goicolea presente en la exposición.
Caníbales, fotografía del estadounidense Anthony Goicolea presente en la exposición.JOAN GUERRERO

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