Aprobados en vareo

Desde el pasado día 14, cerca de 1.200 niños del tercer curso de educación primaria, con edades comprendidas entre 10 y 12 años, varean y recogen el fruto de los olivares de La Partija, el único olivar que ha podido esquivar el espectacular crecimiento urbanístico de Rivas-Vaciamadrid. En otras épocas, este municipio era conocido por sus sabrosas aceitunas, y hasta Francisco de Quevedo las alabó.

Ayer, como en días anteriores, la máxima expectación entre los chavales llegó a la hora de varear las olivas. Todos querían utilizar las pocas varas disponibles. 'Me toca a mí', dijo uno de ellos, al tiempo que otros se oponían. La profesora tuvo que mediar. 'Mientras unos varean, otros recogéis las aceitunas del suelo', ordenó.

Después, las olivas recogidas por los chavales fueron llevadas a una almazara del municipio de Campo Real, auténtico emporio olivarero de la región. Los niños, finalmente, regresaron a sus hogares con pequeñas botellas de aceite bajo el brazo.

Estas prácticas intentan dar a conocer a los chavales de Rivas que 'el aceite no aparece en el estante del súper por arte de magia, sino que existe un proceso de elaboración', afirma el alcalde, Fausto Fernández. 'Ya lo sabía', le replicaba Irene, de 10 años, que, sin embargo, admite estar asombrada 'por lo grandes que son las máquinas de triturar'.

Mañana finaliza la actividad escolar, pero el Ayuntamiento de Rivas ya anuncia que en primavera organizará una gran fiesta vecinal con niños y adultos en honor a la aceituna.