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China dinamita los edificios que serán inundados por la presa de las Tres Gargantas

El embalse más grande del mundo comenzará a producir electricidad en 2009

Las autoridades chinas recurrieron ayer a la dinamita para trasladar el mensaje de que la presa de las Tres Gargantas no es un proyecto dormido. En varias ciudades junto a la ribera del río Yangtsé, edificios de oficinas, industrias y viviendas fueron cayendo por efecto de los explosivos como símbolo de que nadie debe ocuparlos, tras ser desalojados. Con esta medida se inicia una nueva fase del mayor proyecto hidráulico del mundo. La presa de las Tres Gargantas dejará sumergidas 21 comarcas y obligará a buscar realojamientos para 1,13 millones de chinos.

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El programa que ejecutará en 17 años el macroproyecto de las Tres Gargantas se cumple como estaba previsto, pese a la oposición que suscita en el mundo conservacionista.

Superada la primera fase, a lo largo de este año y el próximo comenzará a funcionar la primera turbina de la margen izquierda. La tercera fase, a desarrollar entre 2004 y 2009, se dedicará a completar la puesta en funcionamiento de los 26 turbogeneradores con una potencia de 18,2 millones de kilowatios.

El embalse ha comenzado a llenarse lentamente. Y aunque tardará años en alcanzar su nivel óptimo el mensaje está lanzado y nada más expresivo que la demolición de los edificios con dinamita para simbolizar que los trabajos van adelante.

Los arqueólogos han retirado de las montañas objetos e inscripciones milenarias antes de que sean alcanzadas por las aguas. Todo el área susceptible de inundación (632 kilómetros cuadrados) debe quedar expedita antes de que la presa comience a retener el agua del río Amarillo a partir del año que viene.

El Gobierno chino no deja de insistir en que el proyecto es fundamental para el país, ya que nó solo generará electricidad. Evitará, además, las devastadoras inundaciones que periódicamente genera el Amarillo. Los críticos, por el contrario, aseguran que agravará los problemas de contaminación y repercutirá en el régimen de sedimentos que aporta su caudal.

Las demoliciones contaron ayer con la presencia de numerosos medios de comunicación. En la populosa Fengjie, ciudad próxima a Chongqing, la televisión local ha mostrado a lo largo de todo este fin de semana programas sobre cómo se iban a desarrollar las demoliciones, informa Reuters. Las cadenas de televisión de alcance nacional han retransmitido la destrucción de los edificios, incluidas centrales térmicas y oficinas del Gobierno. No ha sido más que el principio de una serie de demoliciones para dejar libre de obstáculos el fondo y las márgenes del futuro embalse, para garantizar el tráfico seguro de las embarcaciones, pese a que el nivel de las aguas se elevará alrededor de 175 metros sobre la cota actual.

El Amarillo es el tercer río más largo del mundo y una de las principales vías de navegación de China. Los responsables del proyecto se comprometieron a mantener navegable el río durante las obras, para lo que abrieron canales provisionales. El embalse de las Tres Gargantas supera las magnitudes habituales que se manejan en occidente. Cuando esté culminado, las aguas del embalse cubrirán 115 ciudades, 1.300 instalaciones fabriles, 4.000 hospitales y ambulatorios, 40.000 tumbas, 100 puentes y 2,87 millones de toneladas de basura.

Por otra parte, se ha iniciado la construcción en el cauce del río Mekong, en la provincia de Yunnan, de una de las 25 presas que jalonarán su curso hasta su desembocadura en Vietnam, cerca de Saigón. El embalse será el segundo en tamaño, después del de Tres Gargantas y está proyectado para suministrar electricidad a varias ciudades orientales chinas, como Shangai, y de la vecina Tailandia. Aunque el proyecto incluye la declaración de una reserva natural de 300.000 kilómetros cuadrados en Yunnan, más de 60 millones de personas que viven aguas abajo, de los recursos del río, ven amenazado su futuro.

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