Un manifiesto de profesores señala 10 cambios que necesita la ESO
Asociaciones de docentes denuncian el 'deterioro de la educación pública'
La inminencia de una 'reforma de la reforma' del sistema educativo por parte del Gobierno del PP, esto es, de una revisión de la LOGSE, ha propiciado un manifiesto surgido de varias plataformas de profesores de secundaria y bachillerato en el que, en diez puntos, plantean los cambios en su opinión imprescindibles para conseguir una educación de calidad. Tras la implantación generalizada de la reforma, los profesores observan 'síntomas preocupantes de deterioro' de la educación pública.
- Conciertos educativos. La política de concertación de escuelas privadas sitúa a la red pública en una situación de precariedad y subsidiariedad respecto a los centros privados. El Estado debe obligar a todos los centros a contemplar reserva de plazas para quienes tienen necesidades educativas especiales, impedir prácticas discriminatorias en la admisión del alumnado y vigilar para que se cumpla la estricta prohibición de cobro de cuotas, aun de las enmascaradas.
- Clases de religión. El adoctrinamiento religioso no tiene cabida en la enseñanza pública. Pedimos la supresión de la asignatura de religión de los centros financiados con fondos públicos, y consecuentemente, la supresión de cualquier asignatura alternativa.
- Déficit en primaria. Los problemas que se presentan más tarde vienen en buena parte de los déficit de aprendizaje de la enseñanza primaria. En ese nivel, las medidas compensatorias, el tratamiento de la diversidad, el apoyo a los profesionales y la necesaria dotación de recursos técnicos y humanos son indispensables para situar a los 12 años a la totalidad del alumnado en condiciones de poder afrontar los estudios de secundaria.
- Repetición de curso. Ha de ser posible en cualquier nivel, tanto en primaria como en secundaria. Serán decisión del equipo docente, en función de la adquisición de los objetivos mínimos. Deberán flexibilizarse los criterios para acogerse a las adaptaciones curriculares y, en especial, rebajar la edad mínima exigida.
- Itinerarios en la ESO. Es una medida positiva para atender a las diferencias de talante y aspiraciones del alumnado, siempre que se garanticen determinadas condiciones, y que no signifique la desaparición de otras medidas actualmente contempladas. En todos los centros públicos y en todos los centros concertados deben cursarse todos los itinerarios. No se puede permitir la constitución de centros especializados en ningún itinerario. Se atenderán muy especialmente aquellos itinerarios que han de preparar al alumnado para una inserción laboral más temprana.
- Bachillerato. Ha de tener una duración suficiente para poder asimilar el bagaje de contenidos y destrezas intelectuales que se consideran imprescindibles. Como profesionales de la enseñanza entendemos que eso no es posible en menos de tres cursos académicos.
Más allá de los muros de los centros
El manifiesto ha sido impulsado desde Cataluña por la Asociación de Profesores de Secundaria en Defensa de la Enseñanza Pública, la antigua Plataforma del Vallés, pionera en el debate sobre la implantación de la ESO, y ha conseguido ya la adhesión de numerosos colectivos de toda España, como DEPRÉN, en la Comunidad Valenciana; el Grupo Baltasar Gracián, de Madrid, y la Asociación de profesores Baroja, de Vizcaya. Cualquier reforma que no venga acompañada de las medidas presupuestarias correspondientes, dice el manifiesto, corre el peligro de convertirse en una simple declaración de intenciones. 'Educar a todo el alumnado y hacerlo atendiendo a su diversidad, sin bajar la calidad, es una tarea difícil y costosa, aunque muy rentable'. También pide que se tenga en cuenta la situación laboral del profesorado, no sólo en los aspectos retributivos, sino también en las condiciones de trabajo, como los problemas de desplazamientos, los cambios de especialidad, las bandas horarias abusivas, la multiplicación de tareas burocráticas o de custodia o la indefensión ante la violencia o el maltrato. Ante la anunciada Ley de Calidad, los profesores consideran 'imprescindible' que el profesorado sea consultado directamente por las autoridades educativas. El manifiesto se dirige a los docentes para que 'se impliquen sin prejuicios, ni posiciones previas, en el debate sobre los problemas de la enseñanza'. 'Nuestras opiniones y nuestros problemas deben saltar los muros de los centros, superar el murmullo y la protesta ahogada de los pasillos o las salas de profesores', añade.
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