Los ganaderos de Osona reclaman ayudas por la crisis de la peste porcina
Unas 300 manifestantes cortan el Eix Transversal y la C-17
Los ganaderos afectados por la crisis de la peste porcina volvieron a cortar ayer las carreteras de Osona para exigir una respuesta rápida de los gobiernos central y catalán. Unas 300 personas bloquearon durante más de una hora la carretera C-17 y el Eix Transversal en su punto de confluencia, al paso por el municipio de Gurb.
Durante la protesta, miembros de los sindicatos Unió de Pagesos (UP) y Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC) expresaron su disconformidad con la exigencia del sacrificio y posterior tratamiento térmico de la carne, aprobada esta semana por la Comisión Europea. Los ganaderos consideran que la Administración debería comprar a precio de mercado el ganado inmovilizado y con sobrepeso.
'Tenemos una ley que nos protege y unos gobernantes que no la quieren cumplir', dijo Josep Puigpelat, responsable del sector porcino de UP, quien añadió: 'Sabemos que hay dinero para pagar los animales y no entendemos por qué el Gobierno no actúa más rápidamente'.
Los ganaderos mostraron también su disconformidad con las explicaciones dadas por Xavier Coll, director general del Departamento de Agricultura de la Generalitat, en la asamblea mantenida en Vic el viernes. Uno de los ganaderos afectados hizo evidente su malestar con Convergència i Unió (CiU): 'Quiero recordar a Jordi Pujol que en las últimas elecciones CiU pudo gobernar gracias al apoyo del sector agrario; nosotros siempre les hemos respaldado, pero ahora nos tienen que demostrar que saben hacer las cosas', subrayó.
Los manifestantes calificaron de 'insuficientes e injustas' las medidas tomadas esta semana por la Comisión Europea, que ha autorizado el sacrificio de los cerdos inmovilizados por las zonas de vigilancia y protección de la peste, con la condición de que se aplique un tratamiento térmico a la carne. Los ganaderos sostienen que esta medida implica una importante reducción del precio de los animales y además apenas existen industrias cárnicas dispuestas a comprar la carne y aplicar el tratamiento, con lo que se mantiene la saturación de cerdos en las granjas.
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