"Estoy en mi mejor momento"

Es imposible conversar en serio con George Clooney. Todo es un juego para este galán que ha cumplido los 40 años haciéndose un nombre como el soltero más codiciado de Hollywood, el más liberal y una de las estrellas más cotizadas de esta industria, aunque él prefiera resumir todo su trabajo con una broma.

Es imposible conversar en serio con George Clooney. Todo es un juego para este galán que ha cumplido los 40 años haciéndose un nombre como el soltero más codiciado de Hollywood, el más liberal y una de las estrellas más cotizadas de esta industria, aunque él prefiera resumir todo su trabajo con una broma: 'Soy el primero en decir que nunca podré ser como Sinatra'. Quizá no, pero va acortando distancias, siempre en el centro de una nueva historia de amor, ahora con Renee Zellweger, a la vez que es el mejor amigo de sus amigos, contra quien no existe una sola crítica. 'Eso es porque les pago bien', vuelve a bromear. Sus años como actor de televisión han quedado en el pasado y ya nadie se acuerda que con él se acabó la franquicia más taquillera de Hollywood tras el fracaso del último Batman. Es mucho más memorable su trabajo en Un romance muy peligroso, Tres reyes, La tormenta perfecta o, más recientemente, O brother, where art thou?, en todos los casos hecho un pillo. Y por si fuera poco para emular a su ídolo, ahora está al frente de Ocean's eleven, la película que Sinatra y su Rat Pack hicieron famosa. ¿Alguien da más? 'Yo soy un jugador terrible', se disculpa. 'No creo que haya ganado nunca nada en Las Vegas y mira que he pasado tiempo por allí. Lo de jugar lo dejo para mi carrera. Es mucho más divertido'.

Pregunta. ¿Cuál ha sido su mayor apuesta?

Respuesta. Hacer saltar la banca de lo que el público espera de mí. Romper los esquemas de la imagen que siempre se hacen de una figura pública como es la mía.

P. ¿Como, por ejemplo, sentar cabeza con una buena chica?

R. Están todas cogidas. No me queda una.

P. ¿Y Renee?

R. Renee es alguien que ilumina la habitación con su presencia. Alguien así, que está maravillosa en El diario de Bridget Jones, con la que espero que consiga su pequeña candidatura al Oscar.

P. Pero en el amor...

R. Amigos. Es una amiga muy cercana.

P. ¿Más que su cerdo?

R. Ésa es una pregunta muy personal. ¡Con lo mucho que quiere todo el mundo a mi cerdo! Digamos que mi cerdo es la relación más duradera que he tenido. Llevamos juntos desde 1988, lo que hace unos 13 años.

P. Algo admirable, viniendo del soltero de oro.

R. Y viven unos 30 años, por lo que me puedo imaginar a mi cerdo sentado en mi butacón preferido y fumándose mis puros mientras yo me revuelvo en la tumba.

P. No creo que Nicole Kidman y Michelle Pfeiffer pensaran en el cerdo cuando se apostaron que a los 40 habría sentado cabeza.

R. Está claro que gané la apuesta. No sé nada de eso que se llama sentar la cabeza y tener niños. No me preocupa. He cumplido los 40 con un hígado que tiene 20 años y estoy seguro de que mis riñones también han rejuvenecido.

P. Y en su carrera, ¿cómo se viven los 40?

R. Mejor que si fuera mujer, porque hay que decir que esta industria no es muy amable con las mujeres cuando pasan de los 40. Pero, en mi caso, creo que me encuentro en un momento muy bueno, probablemente nunca me encontraré en uno mejor. Acabo de estrenar Ocean's eleven, estoy dirigiendo el mejor guión de Hollywood, Confessions of a dangerous mind, y en cuanto acabe tengo pendientes otras películas, con Steven [Soderbergh] y con los hermanos Coen, así que en lo que a mí respeta, no hay mejor edad que los 40.

P. ¿Qué le ha hecho decidirse a dirigir?

R. No puedo decir que sea uno de esos que siempre ha querido dirigir. Más bien se trata de un guión maravilloso que quería ver hecho, como me pasó con Tres reyes y Un romance muy peligroso o incluso con O brother, películas que defendí siendo actor. Pero, en este caso, ni tan siquiera era el protagonista sino que tenía un papel pequeño, así que la única manera de convencer a los estudios para llevarlo a la pantalla era tomando las riendas y pensé que si alguna vez quería dirigir algo, tal vez éste era el momento. Si lo hago bien no tendré que volver a hacerlo y si lo hago mal, pues tampoco. Probablemente acabe siendo como Charles Laughton, que sólo lo haga una vez. Dirigir, me refiero.

P. ¿Hay algo que se tome en serio?

R. El 11 de septiembre fue un día que me tomé muy en serio. Un día en el que nadie supo cómo actuar, cómo reaccionar. Un día que cambió muchas cosas.

P. ¿Como cuáles?

R. En lo que a nosotros se refiere, decidimos prescindir de un gran estreno en Las Vegas como teníamos previsto e irnos todos juntos a organizar un estreno mundial en Turquía, junto a los soldados. No faltó nadie.