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El trompetista de la OBC, agredido por la policía, se ve forzado a abandonar una gira y cancelar conciertos

El músico estadounidense, confundido con un delincuente, estudia presentar una denuncia

El trompetista solista de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), el estadounidense Rodney Mack, ha visto como la agresión de que fue objeto el pasado martes en un aparcamiento de Barcelona por cuatro policías que intentaron detenerlo al confundirlo con un delincuente, le ha apartado de la gira por Estados Unidos que la OBC iniciará a partir de la próxima semana. Rodney Mack, que tampoco podrá realizar los conciertos que tenía previstos tras la gira para promocionar el disco que ha grabado con su esposa, pianista, afirma que tras la agresión ha perdido la seguridad de ir por la calle y hoy estudiará con los abogados del consulado de EE UU en Barcelona si presenta una denuncia.

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La búsqueda contrarreloj de un trompeta estadounidense

El parte médico redactado por el hospital de Granollers tras atender a Rodney Mack detalla que éste presenta hematomas y erosiones en varias partes del cuerpo, tiene el labio partido y debe llevar un collarín. El trompetista estadounidense, primo del célebre trompetista de jazz Winton Marsalis, asegura que los cuatro policías que le golpearon se le echaron encima en el aparcamiento de la avenida de Lluís Companys de Barcelona, cuando iba a abrir el coche marca Mercedes que había alquilado, y que no se identificaron hasta haberle esposado.

'Vi como alguien me seguía y al abrir el coche se me echaron encima. Eran cuatro personas vestidas de calle, que creí que eran ladrones. Intenté quitármelos de encima forcejeando mientras les decía que se llevaran mi cartera. Al ver que no querían robarme pensé que era un grupo racista que me pegaba por ser negro', explicó a este diario.

Rodney Mack relata que al oír gritar '¡policía, policía!' pensó que iban a ayudarle y se identificó como ciudadano estadounidense. 'Los policías eran los que me golpeaban. Me esposaron y sólo después sacaron sus placas para identificarse. Me dijeron que estaban buscando a un hombre negro que había alquilado un coche Mercedes y que era un delincuente', prosigue. 'Les enseñé mi documentación, que es legal, tengo todos los papeles. También les mostré mi trompeta y programas de conciertos con la OBC con mi nombre'.

La policía asegura que los hechos ocurrieron de manera muy distinta. Un portavoz oficial explicó que un agente de paisano se dirigió a Rodney Mack para identificarlo al sospechar que podía ser el sospechoso al que querían detener. Sin embargo, según la versión policial, cuando el agente exhibió su placa, el trompetista le respondió con una bofetada y echó a correr. Esto hizo pensar a los otros tres agentes que estaban en el aparcamiento que se trataba de la persona a la que estaban buscando. Por eso, los cuatro policías se abalanzaron sobre él hasta reducirlo y esposarlo.

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El portavoz del Cuerpo Nacional de Policía admitió que en el forcejeo los agentes y el detenido se cruzaron golpes y que uno de los policías resultó con una costilla rota. Añadió, además, que los cuatro agentes tienen una media de 50 años de edad, están adscritos a la brigada de delincuencia económica y no practicaban una detención de estas características desde hacía 10 años, por lo que tuvieron que emplearse a fondo en el caso que se les presentó. El mismo portavoz reconoció que el detenido no tenía intención de causar daño a los agentes y que pensó, por error, que los policías iban a robarle. 'Por eso quedó en libertad después de declarar en Jefatura, porque un detenido acusado de atentado a la autoridad siempre pasa a disposición del juez de guardia', aseguró el portavoz.

Rodney Mack está acusado por la policía de atentado a la autoridad. El trompetista explicó que hoy pedirá en el consulado de Estados Unidos en Barcelona asesoramiento para presentar una denuncia contra la policía. 'No quiero que a nadie más le pase lo que me ha ocurrido. En Estados Unidos viví situaciones de rechazo por ser negro y no dudé en venir a España para trabajar. Aquí me sentía seguro, pero ahora he perdido la seguridad que tenía de ir solo por la calle', afirma.

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