Calentando motores para las autonómicas

Golpe y contragolpe. El lanzamiento de Artur Mas como candidato-sucesor de Jordi Pujol ha comenzado y la respuesta ha sido automática. CiU colocó ayer cerca de 800 banderolas en Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, L'Hospitalet y Sant Boi de Llobregat con una gran fotografía de Mas. Los socialistas reparten hoy unas 40.000 octavillas proclamando que el Gobierno de CiU está ya agotado y que a estas alturas, anunciada ya la retirada de Pujol, 'sólo piensa en perpetuarse'.

Las banderolas convocan a la ciudadanía a asistir al mitin organizado por CiU para el domingo, en el que Mas pronunciará su primer discurso como candidato-sucesor de Pujol. Las octavillas serán repartidas por la federación de Barcelona del PSC, sobre todo en el centro de la ciudad, en bocas de metro y calles adyacentes al palacio de la Generalitat.

En teoría faltan casi dos años para las elecciones autonómicas, pero tanto la actividad de Mas como la de Pasqual Maragall, el candidato socialista que en 1999 se quedó rozando la victoria, se ha convertido ya en una carrera claramente electoral. El objetivo de Mas es ahora el de darse a conocer. El de Maragall, el de convencer. Ambos prodigan visitas a lo largo y ancho del territorio, con las más dispares excusas. Dictan conferencias y procuran aparecer en televisión.

Es una batalla bastante desigual, pues mientras Maragall no es otra cosa que el jefe de la oposición, Pujol ha colocado a Mas como conseller en cap del Gobierno catalán, lo que le depara una plataforma y unas responsabilidades, que lo mantienen por sí mismo como protagonista en el primer plano informativo.

Eso es, en parte, lo que ejemplifican los despliegues de hoy: costosas banderolas publicitarias contra humildes octavillas. La oposición denunció ayer, además, que esta campaña de CiU haya coincidido con otra llevada a cabo por el Gobierno catalán, también puramente publicitaria, en la que se han difundido miles de dípticos con una fotografía de Mas. El portavoz de Iniciativa-Verds, Joan Herrera, denunció que, en realidad, se trata de la misma campaña. El diputado Joan Ridao, portavoz de Esquerra Republicana (ERC), criticó el alarde propagandístico de CiU en un momento que en teoría no es electoral. Ridao recordó que todos los partidos del arco parlamentario firmaron un acuerdo para reducir los gastos electorales y lamentó la 'borrachera propagandística' a que apunta este lanzamiento de Mas. 'Si ahora hacen esto, ¿qué harán cuando estemos de verdad en campaña electoral?', se preguntó.

Las octavillas del PSC dan su respuesta a esta situación. Con el eslogan Desconfianza, deuda, desgobierno, afirman que Cataluña necesita un nuevo Gobierno, entre otras razones porque 'las largas estancias en el poder generan rutina y desmotivación' y, en la actualidad, una vez anunciada la retirada de Pujol, lo único que mueve a CiU es 'la voluntad de perpetuarse en el poder', aunque para ello tenga que pactar con el PP, el partido al que durante años ha presentado como adversario. La octavilla recuerda que CiU ha apoyado leyes contradictorias con sus promesas electorales, como la del Plan Hidrológico Nacional y la Ley Orgánica de Universidades. La ocativilla recuerda también, cómo no, los escándalos que salpican al Gobierno de CIU, como los casos Pallerols, Turismo y Olé.