Sin noticias de dios ni victoria en abril
Uno piensa que la Administración ha de velar por los intereses de todos, y así es la mayoría de las veces; aunque, si te ocurre lo que nos está ocurriendo a nuestra familia piensas que es esa estructura indiferente, sin sentimientos, capaz de ser manipulada, sobornada, descuidada, desganada...
O quizá sean las personas que en ese momento ocupan ese puesto de responsabilidad tal vez superior a su talla profesional.
A nosotros nos ocurre 'algo poco corriente'. Vivimos en el campo por decisión propia, enamorados de la naturaleza, nuestro 'trozo de esperanza' está en la Axarquía malagueña, aquí donde el turismo rural gusta saborearnos. No estamos en Cataluña, aunque sí en Europa, y nuestra compañía eléctrica es deficiente. Necesita mejorar, y mucho, en gestionar pequeñas y grandes cuestiones.
Ya esperamos once (11) meses a una contestación por parte de la Delegación de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico acerca de unas líneas de alta tensión que atraviesan nuestro 'trozo de futuro'. Estas líneas privadas campan por aquí aunque deberían ser de la empresa distribuidora de energía eléctrica, ya que suministran a más de un usuario (20, más o menos).
Llegamos a pensar que en abril se resolvería nuestro problema, nuestro peligro (las líneas están en mal estado, aunque siguen transportando 20.000 voltios). ¿Se imaginan vivir once meses sin que ni Sevillana-Endesa, ni Industria (Empleo y Desarrollo Tecnológico) nos comuniquen si las 'tres líneas de alta tensión' que cruzan el aire de nuestro terruño y que clavan sus torretas en nuestras entrañas tienen legalidad? Son, al parecer, 'sin papeles'. No saben, no contestan. Sin noticias de los que se creen Dios. Ni Sevillana, ni Industria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.