Barcina asume que no se cumplirán los plazos en las obras de la plaza del Castillo

La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, aseguró ayer que en las obras de la plaza del Castillo lo más importante 'no son los plazos' sino 'el rigor' con el que se están tratando los sucesivos descubrimientos arqueológicos. Barcina respondía así al desconcierto de los arqueólogos y la inquietud de su equipo de gobierno tras el inesperado hallazgo en las excavaciones de la plaza de una muralla de 120 metros de longitud y de dos a cuatro de anchura que puede retrasar más la construcción del aparcamiento subterráneo e incluso obligar a modificarlo.

La plaza del Castillo es un espacio clave en las fiestas de San Fermín y el Ayuntamiento a que para el 7 de julio se pudiera pisar su superficie, aunque estuviera sin terminar su urbanización y el aparcamiento subterráneo. El sorprendente hallazgo de la muralla, cuyo origen, según adelantó ayer archivero de la Diputación de Navarra, Juan José Martinena, podría ser romano, coloca al Ayuntamiento 'en un tiempo límite' para hacer transitable la plaza en los Sanfermines. Las denuncias judiciales de los vecinos opositores a la obra y, sobre todo, los continuos hallazgos arqueológicos que han aflorado están provocando un gran retraso en los trabajos y la sensación creciente de que el proyecto no estará acabado antes de julio.

Las excavaciones comenzaron en agosto con la tala de los árboles de la plaza y violentos disturbios callejeros que se prolongaron durante semanas. Seis meses después, los trabajos se encuentran todavía en una fase preliminar de investigación arqueológica y apenas se ha excavado cuatro metros de profundidad en el perímetro. El motivo fundamental es la permanente aparición de yacimientos. Hasta la fecha se han hallado restos romanos, como cerámicas de terra sigilata hispánica, monedas y restos de bronce, aunque los más destacables son dos mosaicos con motivos geométricos y una piscina, estos últimos pertenecientes a unas termas existentes en el lugar.

Los restos de una gran necrópolis medieval (1242-1514) con más de cien esqueletos descubierta en lo que fue patio del convento de los Dominicos esperan ser enviados a Madrid para su estudio. Y la denuncia vecinal de que se enterró el afloramiento de unos muros del desaparecido castillo de Fernando el Católico se encuentra en un juzgado. La aparición ahora de los restos de la gran muralla que atraviesa de norte a sur la plaza ha sorprendido a los arqueólogos y ha generado aún más nerviosismo en el Ayuntamiento. El portavoz municipal del PSN-PSOE, Javier Iturbe, ha recordado que su partido apoya las obras, pero ha exigido a la alcaldesa que finalice los trabajos 'en tiempo y forma', es decir antes del chupinazo de San Fermín.

La duda se acrecienta día a día. La institución Príncipe de Viana, que ya ha ordenado levantar todos los restos romanos para su conservación, debe evaluar ahora el origen e importancia de la muralla y decidir si su aparición obligará o no a modificar el proyecto de construcción de las 800 plazas de aparcamiento, cuya venta está ya comprometida por la empresa constructora, una sociedad filial de FCC. Y eso que aún no se han encontrado los restos que los arqueólogos sí preveían hallar: los de los castillos de Luis Hutin (1308-1509) y Fernando el Católico, del barrio medieval de Zuriburbu (1365) o las murallas de los burgos medievales. De momento, jueces y arqueológicos vigilan el lento avance de las obras.