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Entrevista:MANUEL MONTERO | Rector de la Universidad del País Vasco | UNIVERSIDAD

'Quiero una ley vasca de universidades, pero no como la plantea el Gobierno'

El rector de la UPV, Manuel Montero dice estar satisfecho por los buenos resultados que, a su juicio, ha tenido el abrupto y traumático cambio producido el pasado verano en su equipo. También se muestra seguro de contar con apoyos suficientes y afronta el nuevo año con un apoyo sin ambages a una posible ley universitaria vasca. 'Me parece imprescindible', asegura.

Pregunta. Cuando sonaron las doce campanadas y se dio paso al nuevo año, ¿respiró usted tranquilo?

Respuesta. No mucho, porque mi hija de diez años se asustó mucho con los cohetes...

P. Se lo decía porque el año que ha terminado ha sido para usted tumultuoso.

R. Desde el punto de vista de la gestión, 2001 ha sido un buen año.

'Desde el punto de vista de la gestión de la UPV, 2001 ha sido un buen año'
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'La LOU no impide el desarrollo del euskera, pero sí lo va a dificultar'

P. ¿Pese a la crisis que se produjo al comienzo del verano?

R. La remodelación [del equipo rectoral] la planteé yo y la desarrollé en los términos que me parecían convenientes. Y estoy realmente satisfecho de haberla hecho, del modo como la hice y, sobre todo, de sus resultados.

P. ¿Los efectos de la crisis están aún presentes?¿Está cerrado ese capítulo?

R. Hace muchísimo tiempo. Quedó plenamente cerrada a finales de junio. Y cerrada con éxito. La verdad es que todavía es pronto, porque los resultados se ven más bien a medio plazo, pero yo creo que ya hay síntomas de que la decisión fue acertada. La gestión, que era de lo que se trataba, comienza a funcionar mejor; no digo que antes funcionase mal, pero ahora funciona mejor.

P. ¿La dimisión, meses después, de la secretaria general de la UPV, Marisol Esteban, no tuvo relación ninguna con la pervivencia de la crisis?

R. Absolutamente ninguna. Las razones de su dimisión fueron estrictamente personales. La estabilidad ya se ha visto, por ejemplo, en el claustro de diciembre.

P. Dentro de la Universidad, hay voces que creen que usted se mantiene más por la división de la oposición que por los apoyos con que cuenta.

R. Pues no lo había oído. Creo que tengo apoyos sólidos, tan sólidos como los tenía hace un año o incluso más.

P. Usted comentó al inicio de su mandato que había que vender más y mejor a la Universidad. ¿Cree que lo ha conseguido en este último año?

R. No sé si se trata de vender o no, pero las encuestas dicen que la imagen de la UPV es buena. No se trata tampoco de colgarse medallas, porque lo es desde hace varios años. Probablemente, en cualquier caso tendríamos que mejorar en la venta de la Universidad.

P. ¿Qué le ha quedado en el debe a la UPV?

R. Hemos empezado con retraso el plan estratégico, cuyo borrador se presentó en diciembre; también algunas obras se han retrasado, pero ya se están ejecutando. También está en el debe las transformaciones estructurales profundas forzados por la aprobación de la LOU.

P. Los profesores son uno de los grupos sobre los que incide de forma especial la nueva norma, que cambia las categorías y deja sin ubicación clara a muchos docentes.

R. Es imprescindible buscar una solución. Y la vía para mí tendría que ser la salida de una ley vasca de universidades.

P. ¿Es favorable entonces a una ley vasca?

R. Sí, y lo he dicho desde el primer momento. Me parece imprescindible. Esta nueva ley que cambia, no sé si las reglas de juego, pero sí algunas circunstancias, exige un desarrollo legislativo propio.

P. ¿Y no se creará así un nuevo conflicto de competencias?

R. No creo que se deba juzgar en esos términos. Por supuesto, no estoy en la lógica que tiene el Gobierno vasco, pero esta ley deja aspectos que pueden y que deben desarrollarse, y que la responsabilidad le corresponde a él. Lo que sí habría que buscar es un consenso amplio. Lo que no tiene sentido es una ley de partido.

P. ¿Entre las medidas para acomodar a esos docentes a los que antes aludía está la de aprobar en una sola Junta de Gobierno y de un solo golpe, tal y como se hizo en noviembre, el concurso de 298 plazas?

R. A mí lo que me sorprende es que haya alguien que se sorprenda con estas medidas. Cuando se va a cambiar un sistema y se conoce el sistema anterior, lo habitual es que prefiera moverse en los ámbitos que conoce. Forma parte de la naturaleza humana. No me parece ni bien ni mal. Lo que no me parece es negativo en absoluto. Estas plazas van a pasar por un concurso público, como el que hemos pasado todos, y se da la impresión de que esto es una especie de coladero. De eso nada. Van a ser concursos similares a los que ha habido siempre, con el mismo rigor.

P. Pero, ¿que sea obvio quiere decir que está bien desde el punto de vista ético?

R. ¿Dónde está lo cuestionable desde ese punto de vista?

P. En que, por ejemplo, se produzca un notabilísimo incremento en el número de plazas a concurso justo días antes de la promulgación de la nueva ley.

R. Insisto. Eso forma parte de la naturaleza humana. Vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer. Esté seguro de que, en los cambios legislativos, la gente prefiere moverse en los cauces que conoce. Si se hubiese creado alguna vía excepcional... pero no se ha creado.

P. Otro de los aspectos de la LOU que ha generado especial preocupación en la UPV es la repercusión de la norma sobre la normalización lingüística.

R. Sí influye. No creo que impida el desarrollo del euskera, pero sí lo dificultará. No vamos a poder sacar plazas de titularidad o de cátedra con perfil lingüístico, lo que me parece pernicioso.

P. ¿Le da miedo la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad?

R. En absoluto. Era algo necesario y va a ser bueno para todos. Lo que confío, aunque no está claro, es que sea una agencia independiente, que no dependa del Gobierno ni de la Universidad.

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