La presión de Aznar descoloca a CiU, reacia a entrar en el Gobierno

La insistencia de José María Aznar en su oferta de incorporar a CiU al Gobierno central incomoda cada día más a los nacionalistas catalanes. Su líder, Jordi Pujol, lleva tres días sin querer hablar del asunto. Su delfín, Artur Mas, declaró ayer en una entrevista que no sabe por qué Aznar insiste 'si sabe que ahora la respuesta es no'. Pero lo que Mas dice ignorar, lo exteriorizan otros dirigentes de la federación nacionalista. Xavier Trias, su portavoz en el Congreso, interpretó la oferta de Aznar como 'una OPA' del PP.

La iniciativa del presidente del Gobierno de la nación ha desbaratado la calculada estrategia de CiU de iniciar un progresivo distanciamiento del PP hasta las próximas elecciones autonómicas, previstas para 2003. Los nacionalistas querían presentarse a ellas como una fuerza equidistante susceptible de pactar tanto con el independentismo, susceptible de moderacion, de ERC como con la domesticable 'derecha españolista', como califican al PP. Y la primera consecuencia de la oferta de Aznar es que ha mostrado con enorme elocuencia que las diferencias entre CiU y PP son a su juicio irrelevantes y fácilmente superables. Les ha mojado totalmente la pólvora con la que proyectaban disparar sus salvas electorales.

El propio Aznar lo dejó bien claro en una entrevista publicada ayer en el diario La Vanguardia. La colaboración de CiU y Partido Popular desde 1996 'ha sido un éxito para el conjunto', tanto en la legislatura pasada en las Cortes, en la que el Gobierno de Aznar estaba en minoría, como en la actual en el Parlamento catalán, donde quien está en minoría es el Gobierno de Pujol. El fruto de estos años de colaboración entre los dos partidos del centroderecha es, según Aznar, que Cataluña 'tiene muy cerca el pleno empleo' y que su Producto Interior Bruto 'ha subido un 36%, a razón de un billón de pesetas por año'.

Aznar afirma también que su oferta 'merece, al menos, una gran reflexión' porque su objetivo es 'hacer una gran operación de integración histórica'. La de integrar a los nacionalistas de CiU en la gobernación de España como en tiempos de Alfonso XIII hizo la derecha española con la Lliga Regionalista, de Cambó. 'Yo nunca le voy a pedir a Pujol que deje de ser nacionalista', matizó el presidente del Gobierno.

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, expresó ayer, antes de partir para Cuba en viaje oficial, que la oferta de Aznar 'intenta reducir nuestro espacio electoral', por lo que los nacionalistas catalanes deben medir muy bien su respuesta. Duran interpretó la insistencia de Aznar en su oferta como un intento de hacer ver 'de manera equivocada' a una parte del electorado de CiU que 'nosotros no estamos dispuestos a participar en un Gobierno de España y que renunciamos a defender los intereses de Cataluña'.

Lo que mueve a Duran al rechazo no es la cuestión de principio -entrar o no entrar en un Gobierno de coalición con la derecha española, explicó- sino la falta de garantías y el programa. 'Se nos está pidiendo la adhesión a las tesis del Gobierno del PP, y esto es lo que no queremos', agregó. En su opinión, 'no es serio', porque lo primero que hay que hablar en este tipo de operaciones es el contenido, la acción de gobierno, no el número de ministros. Con Pujol de viaje en Estados Unidos, la salida de los dirigentes de CiU para rechazar de nuevo la presión de Aznar fue ayer en tromba. Lo hicieron Artur Mas, conseller en cap del Gobierno catalán y futuro candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Duran y Xavier Trias.

El punto común en sus tomas de posición es, a diferencia de anteriores ocasiones, que CiU no puede entrar en el Gobierno de la nación con un partido que tiene una concepción del autogobierno tan distinta de la suya. Trias repitió respecto a los ministros catalanes en el actual Gobierno de Aznar, Anna Birulés y Josep Piqué, el argumento que los nacionalistas agitaron en su día hasta la saciedad también con los ministros catalanes en los Gobiernos de Felipe González: 'No han conseguido que se ponga las siglas CAT en las matrículas de los coches, ni que Cataluña tenga presencia en las instituciones comunitarias'.

Por eso Trias cree que, en el fondo, la oferta de Aznar es un intento de aspirar hacia el PP a la parte del electorado de CiU más sensible a la importancia del Gobierno de España.

Aznar mostró también ayer cuáles son las alternativas. Si además del rechazo a su oferta lo que CiU busca es distanciarse del PP, 'evidentemente el PP se encontrará con las manos libres para tomar las decisiones oportunas', advirtió.