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Columna
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Los nuevos mercados financieros que trae el euro

El mayor cambio es la percepción de los mercados financieros de los países miembros de la Unión Monetaria como un solo mercado (el euromercado) por parte de los inversores individuales, al igual que ha venido sucediendo desde 1999 entre los inversores institucionales. Así, el proceso de análisis paneuropeo por sectores económicos, tanto a nivel crediticio como bursátil, parece imparable. Los inversores europeos, cada vez más, toman sus decisiones de inversión según los parámetros rentabilidad/riesgo por sectores, considerando los distintos países de la Unión Monetaria como partes del euromercado.

Por ello creemos que el euromercado se consolidará como un mercado único, en rivalidad con el norteamericano, y que continuará la tendencia de sofisticación, transparencia e incremento en la oferta de productos financieros disponibles para emisores e inversores. Los inversores continuarán beneficiándose de una gama cada vez más amplia de productos de activo, y se guiarán por la rentabilidad esperada de estos productos, fundamentalmente perdiendo importancia la localización geográfica de la inversión dentro de la Unión Europea.

Emisión de bonos

En 2001, el volumen de emisiones de deuda corporativa a tipo fijo en euros ascendió a 156.000 millones, frente a los 91.000 millones de euros del año 2000. En este sentido, el porcentaje de emisión de bonos en euros mantiene una tendencia alcista con respecto a la emisión de bonos internacionales desde su nacimiento, hace tres años, que se espera que continúe en 2002. Actualmente, las emisiones de deuda en euros representan alrededor de un 35% de las emisiones de deuda globales (frente a un 42% en dólares).

En Barclays Capital creemos que el sistema bancario europeo continuará desarrollándose y proseguirá la convergencia de márgenes (tipos de interés) a lo largo de los distintos países de la Unión Europea para el mercado de préstamos corporativos y que a medida que se reduzcan las diferencias entre los sistemas legales y de pagos entre los diferentes países de la eurozona esta convergencia se acentuará.

Aunque es cierto que el sistema financiero en la zona euro, por diferencias estructurales, está más orientado hacia el mercado de préstamos que el mercado financiero norteamericano, también parece cierto que los mercados de bonos y renta variable de la euro-zona están llamados a crecer en 2002 y años siguientes a tasas más elevadas que el mercado de préstamos. Así, el mercado de bonos en la Unión Europea representa alrededor del 100% del PIB de la zona, frente a un ratio de 150% en Estados Unidos, y el mercado de préstamos bancarios en la Unión Europea representa alrededor del 180% del PIB de la zona, frente a un ratio de 70% para Estados Unidos.

Pensiones

Otro factor importante para considerar en 2002 es que el envejecimiento de la población en los países de la unión monetaria, y el hecho de que la mayoría de los planes de pensiones de la zona euro estén infradotados, contribuirán a que aumente el número de productos de inversión con vencimiento a largo plazo, destinados a inversores institucionales (fundamentalmente fondos de pensiones). Finalmente, comentar que durante el año 2001 se ha producido un deterioro de la calidad crediticia de numerosas empresas europeas, debido al empeoramiento de las condiciones económicas de la zona euro y al efecto del 11 de septiembre de 2001. Este deterioro ha sido especialmente patente en los sectores de telecomunicaciones, tecnología, automóviles y transporte aéreo. Esta incertidumbre crediticia dentro de la eurozona es probable que persista durante gran parte de 2002, especialmente en los sectores más cíclicos.

En conclusión, nuestra opinión es que la introducción de los billetes y monedas de euro consolidará el euromercado como el segundo gran mercado financiero, después del norteamericano, y quién sabe si como el primero del mundo en el medio plazo.

Pedro Fernández de Santaella es consejero delegado de Barclays Capital en España.

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