Redondo no logra el apoyo expreso de Zapatero para volver a ser el líder de los socialistas vascos
El ex secretario general del PSE no aclara su futuro político y niega presiones de la Ejecutiva
Nicolás Redondo Terreros se entrevistó ayer en la sede central del PSOE durante casi dos horas con José Luis Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves, secretario general y presidente del partido respectivamente, y regresó a Bilbao sin aclarar su futuro político. Aplaza la decisión sobre si presentará su candidatura a secretario general del PSE, cargo que dejó por sorpresa el 21 de diciembre, hasta estudiar todas las 'variables'. En la charla con Zapatero encontró sintonía política, 'calor, solidaridad, apoyo y amistad', pero no un respaldo a que se presente a la reelección.
Nicolás Redondo había reclamado privacidad en su primer encuentro con el líder del PSOE tras su renuncia a seguir al frente de la secretaría general del PSE el pasado 21 de diciembre. Redondo celebró ayer esa charla pendiente con José Luis Rodríguez Zapatero. Entró en la sede de Ferraz a las 11.30 horas, justo cuando los periodistas salían de una comparecencia de otro miembro de la Ejecutiva Federal para abordar asuntos municipales. Estuvo con Zapatero casi dos horas. A la salida, ofreció públicamente su visión de lo ocurrido, aunque de manera escueta a la espera de hacer una declaración más extensa en el País Vasco.
Sus frases ayer fueron conciliadoras. Enmarcó la cita, para evitar cualquier tipo de duda o especulación, en un clima de 'calor, solidaridad y amistad'. Opinó que el congreso extraordinario que el PSE realizará a finales de marzo debe volcarse en un debate que fortalezca a los socialistas vascos en la unidad, la integración y los principios políticos sobre los que se lleva trabajando en los últimos tiempos, es decir la Constitución, el Estatuto y los valores del Pacto Antiterrorista. Remachó que lo importante sobre esos asuntos es que el PSOE y el PSE no tengan dudas de que piensan lo mismo. Y se felicitó por el comportamiento 'heroico' en la lucha por la libertad demostrado en este complicado período vivido en Euskadi por el PSE, que consideró un ejemplo tanto para el PP como para el PNV.
Zapatero y Redondo compartieron totalmente el 'diagnóstico y los objetivos' de la situación de Euskadi y de la estrategia del PSE.
Redondo había pactado con Zapatero y con Chaves que efectuaría un pronunciamiento claro, rotundo y sin dobleces de apoyo a la labor emprendida en esta última fase, tras su dimisión, por la gestora que dirige ahora Ramón Jáuregui. Y lo hizo. Explicó que él había padecido esa experiencia difícil de trabajar en una gestora y abogó por facilitarle al máximo la tarea con el apoyo de todos.
Sobre su hipotética reelección como líder del PSE no quiso aclarar nada. Tan sólo avanzó que aún no tenía decidido qué piensa hacer. En la conversación con Rodríguez Zapatero, el ex secretario general del PSE le prometió que en cuanto resuelva ese enigma se lo comunicará antes de exponerlo en público. Redondo le hizo ese planteamiento ayer a Zapatero tras escuchar del líder del PSOE un reproche evidente a su actuación el pasado 21 de diciembre, cuando renunció a su cargo inesperadamente y sin avisarle.
Redondo y Zapatero habían consensuado, además, otro escenario de los acontecimientos que debían sucederse en Euskadi este año. Con el acuerdo de que no debía anticiparse ningún planteamiento personal antes de la Conferencia Política convocada para febrero.
El ex líder del PSE tampoco descifró si continuará en la Ejecutiva Federal del PSOE como responsable de Relaciones Institucionales, como le ha pedido Zapatero. Sólo apuntó que nunca vendrá a trabajar políticamente a Madrid 'para dejar allí un hueco'. Y remachó mucho que si emprende una nueva carrera será para continuar trabajando sobre la defensa de la libertad en Euskadi.
El dirigente vasco salió de la sede del PSOE y se fue a comer con su padre, Nicolás Redondo, el histórico dirigente de la UGT. En las distintas conversaciones que mantuvo luego con sus colaboradores más próximos, Redondo transmitió todas esas ideas pero también que el secretario general del PSOE no le había reclamado expresamente que se presentase a la reelección. Otras fuentes cercanas precisaron que no observó en Zapatero una 'actitud positiva' en ese sentido. Sensación que corroboraron diversos dirigentes de la Ejecutiva.
Redondo no sólo no se quejó ante Zapatero por ninguna falta de respaldo o supuestas presiones para su renuncia. Es más, declaró a Efe que Zapatero 'siempre' había estado a su disposición.
El presidente de la Junta de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aseguró ayer que no apoya a Redondo porque cree 'sospechoso' que le respalde el popular Jaime Mayor Oreja.
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