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Reportaje:

Compañía disuasiva

Un valenciano acompaña durante un año en Colombia a defensores de los derechos humanos amenazados por paramilitares

En el noreste de Colombia, en la región del Magdalena medio, una zona rica en recursos naturales, los paramilitares campan a sus anchas, atemorizando a una población que vive sumida en la pobreza, atenazada por las amenazas y el miedo. Allí, en Barrancabermeja, la principal ciudad de la región, de 300.000 habitantes, desarrolla su actividad desde 1994 Brigadas Internacionales de Paz, una organización no gubernamental (ONG) cuyo objetivo es acompañar a defensores de los derechos humanos amenazados por los paramilitares, provocando un efecto disuasivo en los violentos. 'Barrancabermeja es una de las ciudades más violentas del mundo', explica Paco Simón, un valenciano que ha realizado labores de acompañamiento como voluntario de PBI (siglas en inglés de Brigadas Internacionales de Paz) desde octubre de 2000 hasta octubre de 2001.

Durante un año, Simón, de 36 años, convivió con hombres y mujeres desmarcados de las sanguinarias y represivas leyes de los paramilitares, quienes dominan una región que alberga la principal refinería de petróleo del país; una región que se disputan por su riqueza diferentes grupos armados. 'El objetivo de los paramilitares es acabar con todo aquel que no comparta sus procedimientos y sus opresivas propuestas', afirma Edilsa Beltrán, miembro de la junta directiva de la Organización Femenina Popular (OFP), una asociación de mujeres que nació hace unos 30 años con el objetivo de denunciar la violación de los derechos humanos, además de prestar apoyo y ayuda a las familias que han tenido que abandonar la región debido a las amenazas de los paramilitares. 'La situación empeora cada vez más', cuenta Edilsa, muchas de cuyas compañeras son acompañadas en sus actividades cotidianas por miembros de PBI. 'Los acompañamientos nos proporcionan respaldo para poder seguir trabajando', afirma Edilsa, que denuncia la dejadez del gobierno colombiano: 'Nos ofrece ayuda material: transporte, teléfonos móviles, blindaje... Pero lo que tiene que hacer es garantizar la seguridad y la libertad de la población, nuestros principios básicos. La gente sigue desaparenciendo, y las familias no denuncian las desaparariciones por miedo'.

Paco Simón revela que la presencia en la zona de los voluntarios de PBI ha contribuido a que disminuyan el número de asesinatos y desapariciones. 'En los primeros años de la década de los noventa fueron asesinados siete miembros de una activa organización que defiende en la región los derechos humanos, Credhos; desde 1998, cuando pidieron que les acompañaran miembros de PBI, no han matado a ningún miembro', explica Simón, que aclara el trabajo de las Brigadas Internacionales de Paz: 'Nosotros no somos guardaespaldas ni escudos humanos. Nuestro cometido consiste en generar la suficiente presión para que no se dé la orden de matar'. 'Los tres pilares básicos de PBI', continúa Simón, 'son los siguientes: la no injerencia en el trabajo de las ONG que operan en la zona; tampoco denunciamos la violación de los derechos humanos y no existe ningún tipo de relación con ningún grupo armado ilegal. Nuestra presencia no se limita, por otro lado, a los acompañamientos. Hay una segunda faceta, aún más importante: el contacto con políticos y militares para informarles y mantenerles al tanto de los problemas que existen en la zona y explicarles el porqué de la existencia de Brigadas Internacionales de Paz. Paralelamente, se ha creado una red de protección que se activa en casos de emergencia'.

PBI (pbivalencia@ono.com) mantiene su presencia en cuatro puntos de Colombia (Magdalena medio, Urabá, Bogotá y Medellín), además de en otros países, como México y Timor Oriental. También ha desplegado su actividad en países como Guatemala, El Salvador, Sri Lanka, Canadá, Haití y Filipinas.

Una voluntaria de PBI, a la derecha, acompaña a dos mujeres amenazadas por los paramilitares.
Una voluntaria de PBI, a la derecha, acompaña a dos mujeres amenazadas por los paramilitares.EL PAÍS
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