Jornadas de jazz con el latino Jerry González y el español Pedro Iturralde

La segunda semana del año trae de nuevo a los escenarios madrileños la inmensa figura del neoyorquino Jerry González, un trompetista de jazz al que acabará declarándose hijo adoptivo de la Villa, a tenor de los largos periodos que pasa en Madrid. El uruguayo Leo Masliah pone humor e inteligencia, y Luis Pastor, la sensibilidad. Además, se descubre una nueva Beatrice Binotti, esta vez decantándose por la canción italiana.

Hace poco más de un año, Jerry González era conocido en los circuitos del jazz por sus trabajos con Fort Apache y por participar en la película de Fernando Trueba Calle 54. Ahora es un músico habitual en el circuito del directo madrileño. Abandera sus propios proyectos, entre ellos un disco grabado en vivo en La Pocilla de Galapagar que aún no ha visto la luz, y participa en los recientes trabajos de Diego El Cigala y de Martirio.

Neoyorquino de origen puertorriqueño, con aspecto de pirata y bohemio, su forma de hacer llorar la trompeta, que aprendió, entre otros, de Dizzy Gillespie, había alumbrado los mejores momentos del jazz latino. Mañana actúa en Clamores acompañado por curtidos músicos.

El saxofonista Pedro Iturralde es otro artista importante del jazz, esta vez del panorama español. A sus 70 años, este pionero sigue renovando su repertorio y sus recursos, mezclando el jazz con el flamenco y otros géneros. Iturralde pasa la semana en el Central, donde ya grabó un disco en directo a mediados de la década pasada, para ofrecer un repertorio de jazz maduro y swing tradicional.

El alemán Wolfgang Haffner también procede del jazz, aunque su figura se oculte tras una batería. Virtuoso de este instrumento, ha tocado con Chaka Khan, McCoy Tyner o Chuck Loeb. Esta semana toca en Galapagar para presentar Urban Life, su segundo disco en solitario. Antes de su concierto, Haffner impartirá, con otros seis músicos, una clase magistral de batería de hora y media de duración para estudiantes y aficionados a ese instrumento. La presencia de Golden Gate Quartet, una de las más prestigiosas agrupaciones de gospel y negro espiritual americano, en el Festival del Milenio, que enfila ya su recta final, y la del bluesman madrileño Tonky de la Peña en Clamores completan el apartado jazzístico de la capital.

El cantautor extremeño afincado en Madrid Luis Pastor vuelve al Galileo con Piedra de sol, su último disco, en el que revisa los poetas a los que ya musicó en los años setenta. También abordará canciones de Por el mar de tu mano o de Diario de a bordo, sus dos anteriores trabajos, que editó de forma exquisita en forma de disco- libros. Riki López recurre al humor para hacer unos espectáculos hilarantes que también invitan a pensar. Este ácido artista balear ha editado un disco en el sello creado por los radiofónicos Gomaespuma.

La capacidad creadora del uruguayo Leo Masliah abarca de la canción al teatro. Solo con su piano y su guitarra, y su circunspecto aspecto de profuso bigote, une humor e inteligencia con acertados juegos de palabras. La broma también forma parte de El Bicho, que avanza un poco más en el sentir flamenco arrimado al pop. Antonio Bartrina, antes en Malevaje, regresa con su repertorio de tangos y milongas.

La delicadeza femenina está servida por Beatrice Binotti, actriz y cantante madrileña conocida por su repertorio de bossa novas, pero esta semana hace una excepción y -evocando sus orígenes- cantará clásicos de la canción italiana.