Una línea de tercera
En estos tiempos en los que se quiere fomentar el uso del transporte público, la línea 56 de Bilbobús, que da servicio al barrio de La Peña, no incita al ciudadano a ello debido a su comodidad. Me parece realmente patético ver, cuando voy a coger el autobús, la pegatina que lleva en el costado con el símbolo AENOR de calidad. No entiendo cómo la intervención, la venta de billetes y el registro de abonos no les dice nada a los responsables de la empresa sobre los retrasos y hacinamientos que ocurren en esta línea a diario. Debe ser que desde un principio fue pensada para costear los gastos de otras que, por pertenecer a zonas donde ahora ya hay metro, no utiliza casi nadie, como la 40 o la 10. A pesar de ello, tienen la misma frecuencia que la nuestra e incluso un mejor servicio, puesto que el servicio finaliza más tarde.
Además, la población de este barrio está creciendo mucho, pero parece ser que la gente nueva no debe de pagar sus impuestos, porque los servicios de transporte continúan como cuando estábamos solos. No sé quien es el que ha decidido que los de este barrio no tenemos nunca prisa o cosas importantes que hacer y que por ello podemos estar 30 minutos largos esperando a que nos recoja el autobús 56 (único transporte del que disponemos), cuando sería tan fácil para poner una lanzadera al metro de Bolueta.
Quiero recalcar que este problema no es por los atascos, pues ocurre a diario. Lo que más me duele es ver cómo todo el mundo se queja cuando vamos como sardinas en lata tras haber esperado 30 minutos y ser yo la única que ponga una reclamación. Eso sí, la gente me da el visto bueno, incluso el conductor nos da la razón, pero nadie mueve un dedo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.