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Reportaje:

Unas pistas controvertidas

Montañeros y ecologistas navarros se oponen a la construcción de un centro de esquí nórdico en Larra-Belagua

El proyecto de construcción de un centro de esquí nórdico en Larra-Belagua, en pleno Pirineo navarro, está generando una creciente inquietud en la Federación Navarra de Montaña y en diversos sectores conservacionistas y medioambientales de la Comunidad foral. Los ecologistas consideran que la construcción de nuevas pistas, edificios, aparcamientos y servicios que el Gobierno de Navarra y la Junta de Roncal (el órgano administrativo que agrupa a las localidades del valle pirenáico) promueven en la zona, con un presupuesto estimado de más de 500 millones de pesetas, acabarán afectando negativamente a la flora y fauna de la Reserva Natural de Larra, en cuyo perímetro interior se adentrará una de las nuevas pistas de esquí de fondo, así como a la conservación de las reservas integrales de Ukerdi y Aztaparreta. Estas áreas gozan de la mayor protección legal que brinda la administración foral.

Los vecinos y empresarios del valle del Roncal no ven con malos ojos la iniciativa

El potencial de atracción turística de la nieve es uno de los motores por los que ha apostado la dirección general de Comercio y Turismo del Gobierno de Navarra. Tres partidos, UPN, CDN y EA, apoyaron el pasado año en el Parlamento foral la ampliación de la práctica del esquí en la Reserva Natural de Larra mediante la construcción de dos circuitos esquiables de 12 y seis kilómetros de longitud en las zonas denominadas El Ferial-Zanpori y La Contienda, respectivamente, así como dos nuevos refugios dotados con diversos servicios como guardería, bares y nuevos aparcamientos.

El presidente de la Junta del Valle de Roncal, Agapito Boj y el director de Turismo del Ejecutivo navarro, Javier Taberna, firmaron el pasado 27 de diciembre el protocolo de colaboración para redactar el proyecto, un texto que compromete al valle a poner a disposición de la Administración foral las nuevas instalaciones por un espacio no inferior a 30 años y a impulsar los planes de viabilidad e impacto ambiental que el Gobierno navarro deberá ratificar.

Los vecinos y empresarios del valle no ven con malos ojos la iniciativa, que puede contribuir a generar riqueza y nuevos puestos de trabajo, pero los ambientalistas advierten del riesgo de basar el desarrollo rural del área en un recurso tan volátil e impredecible como es la nieve. Además, señalan que el trabajo estacional vinculado al esquí se está cubriendo actualmente por personas llegadas de fuera del valle.

'El proyecto se desarrollaría por debajo de la cota de los 2.000 metros, tendría muchos problemas de nieve y afectaría a una de las zonas botánicas mejor conservadas del Pirineo, cuya riqueza en este aspecto es comparable a la de Ordesa y que contiene muchas plantas incluidas en la directiva Hábitat de la Unión europea', explica David Guzmán, biólogo y miembro de Ekologistak Martxan.

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Para Juan Mari Feliu, directivo de la Federación Navarra de Montaña, la única opción ecológicamente viable sería 'conservar los actuales circuitos y servicios y, en todo caso, acondicionar como pista la carretera que conduce a la estación francesa de Arette, ya que la nieve acumulada en ella la hace intransitable durante varios meses. 'Si los circuitos esquiables avanzan un metro hacia La Contienda, seguirán imparables hacia Larra y acabaremos esquiando en la cima del Anie', auguró Feliu en un reciente coloquio organizado en Pamplona por Ecologistas en Acción. En ese acto se resaltó la existenciaen la zona de especies animales protegidas como el urogallo, las perdices nivales, el armiño, los sarrios, el quebrantahuesos o el okil beltza, el mayor pájaro carpintero de Europa, sin olvidar los anuales tránsitos de Camille, viejo oso pardo pirenaico que goza de un plan de recuperación propio.

'El recurso naturaleza sí está en alza', recuerda David Guzmán, 'y al cabo del año va mucha más gente a pasear por Ordesa que a esquiar en todo el invierno en las estaciones pirenaicas, por ello es mucho más inteligente ante el futuro conservar la naturaleza y sus dones que explotarla artificialmente'.

Pedro Pilart, monitor de esquí en Isaba y vecino de Roncal, lo ve de otra manera. 'Desarrollo socioeconómico y medio ambiente pueden ser compatibles', afirma Pilart. 'Los estudios garantizan la presencia de nieve durante cinco meses en los años malos y, además, las reservas naturales se pueden conservar pero al mismo tiempo enseñar mediante métodos racionales. ¿El esquí de fondo lo es? Esa es la pregunta. Conozco muchas pistas de esquí en países europeos que transitan respetuosamente por espacios protegidos. Yo creo que dentro de las reservas existen zonas que se pueden explotar sensatamente. Lo esencial es desarrollar buenos planes de gestión', argumenta Pilart.

Ecologistas en Acción pone como ejemplo del daño infligido a la naturaleza las instalaciones de la cercana estación francesa de Arette, construidas en los años 1988-89. Algo parecido se pretendió hacer en la parte navarra en 1993-94, cuando se impulsó un proyecto similar al actual, que encontró con una fuerte oposición social. Entonces, el propio Parlamento navarro rechazó el proyecto al amparo de la ley de Fauna, que impedía obras en el entorno de las reservas o sus bandas de protección y sólo aceptaba infraestructuras vinculadas a la investigación y educación ambiental.

La aprobación en 1997 de la ley foral de Espacios Naturales reafirmó la prohibición de nuevas construcciones, si bien la última propuesta aprobada por el Parlamento de Navarra, redactada inicialmente por CDN, propone la modificación de esta ley para posibilitar los nuevos usos turísticos.

El proyecto de obras y los estudios deberán estar finalizados antes del 30 de junio de este año.

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