¿Por qué evitar el diálogo?

Ahora es obvio que Nueva Delhi no está dispuesta a reducir la tensión en la frontera, y por eso no hay posibilidad de diálogo indio-paquistaní en Katmandú. Las esperanzas ahora parecen desvanecidas. (...) India prosigue la escalada militar, con la disposición operativa de su fuerza aérea, su artillería y sus misiles. (...) Esta escalada ha alcanzado ya un punto en el que puede ser imposible para India dar marcha atrás. Además, existe el peligro de que un incidente pueda encender un conflicto a gran escala. Desde que el 13 de diciembre pasado se atacara el Parlamento indio, Pakistán se ha comportado con un alto grado de responsabilidad y autocontrol. Ignorando la belicosidad india, las amenazas de guerra y los movimientos de tropas, Islamabad se ha ofrecido a Nueva Delhi para colaborar en la resolución de ese ataque terrorista. Islamabad ha tomado drásticas medidas contra los extremistas religiosos, ha arrestado a dos de sus máximos dirigentes y ha congelado las cuentas bancarias de gran cantidad de organizaciones extremistas. Sin embargo, India no ha respondido a estos movimientos de una forma que pudiera conducir a una relajación de parte de la tensión existente. India olvida que Pakistán no puede actuar más drásticamente contra los extremistas por la masiva presencia del Ejército indio en la frontera. Este país no puede permitirse tener una revuelta interna a gran escala mientras soporta condiciones casi bélicas en sus fronteras. (...) Sea cual sea el alarde militar que haga India, Pakistán nunca debe evitar el diálogo. (...)

Karachi, 3 de enero