'Está aflorando la posibilidad de un gobierno progresista en las elecciones de 2003'
Por primera vez en la última década, el Gobierno regionalista navarro se va a ver obligado a prorrogar su presupuesto vigente. Los votos del PSN-PSOE han sido decisivos para rechazar las cuentas en el Parlamento foral. Su secretario general, Juan José Lizarbe (Olite, 1962), afirma que la prórroga es el primer fruto de una alternativa progresista de gobierno que el PSN está dispuesto a encabezar a partir de las elecciones autonómicas de 2003.
Pregunta. Da la sensación de que a UPN no le preocupa demasiado que le hayan echado abajo los presupuestos.
Respuesta. Es que la prórroga no es preocupante desde el punto de vista técnico y el Gobierno navarro ya ha reconocido que habrá dinero para atender el gasto público y la inversión. A UPN más que la prórroga lo que le preocupa es la nueva situación política que se crea. Le ha salido mal la jugada. Intentó, con un mal presupuesto, dividir a la oposición. Se llevó a CDN y configuró un claro bloque de derechas, pero se ha hecho visible mucho tiempo antes de las elecciones, debido a las circunstancias, una clara alternativa liderada por el PSN-PSOE. Llevamos mucho tiempo trabajando esa alternativa y el rechazo a los presupuestos demuestra que es real.
'Sanz está jugando, con muy mala intención, con el dolor de las víctimas del terrorismo y de las personas amenazadas por ETA'
P. Pero la confluencia de voto con Batasuna puede pasarle factura al PSN.
R. Creemos que no, que la sociedad navarra es inteligente. No podíamos apoyar unas cuentas intrínsecamente peores que las del año 2001, cuya prórroga permitirá atender la mayoría de las demandas sociales. Y además se constata que está terminando una etapa política y un estilo de gobierno, el de UPN, y aflora algo que estaba latente, que es la posibilidad de que haya un Gobierno progresista en las elecciones de 2003.
P. ¿Su oposición no ha sido una mera rabieta de celos por el pacto de la CDN de Juan Cruz Alli con UPN?
R. En ningún caso. Hemos ganado credibilidad al demostrar que somos capaces de plantarle cara a UPN y de hacerlo con fundamento y a ello nos ha ayudado que fueran unas cuentas malas. Si hubieran sido buenas, la dinámica de legislatura nos hubiera llevado a un nuevo acuerdo. Nuestras bases están ahora más cómodas con la situación política. Pactar las cuentas era una pura necesidad, no una vocación socialista.
P. ¿Se ha sentido incómodo al coincidir con Batasuna?
R. Sí. Es una situación que no nos gusta. A mí, personalmente, me incomoda bastante, pero la soportamos desde la absoluta tranquilidad de conciencia de no haber buscado nunca esos votos, que nos han venido dados por razones totalmente distintas a las nuestras. Ha sido una confluencia de voto no querida e incómoda. Pero quien ha conseguido aglutinar esos votos no es tanto el PSN, sino la mala política de UPN.
P. No obstante, es consciente de que hasta la víspera de las elecciones de 2003 se les seguirá acusando de ir de la mano de quienes no condenan a ETA.
R. ¡Ya está bien de estas miserables y ridículas afirmaciones y de acusarnos de una connivencia que no existe¡ Yo ya he repetido que si el PNV se vale de la presencia de Batasuna con fines políticos y presupuestarios, UPN está haciendo lo mismo. Da la impresión de que UPN sí necesita esa baza de Batasuna para lograr una mayoría que realmente no tiene.
P. Sanz sugirió que el presidente del Parlamento, el socialista José Luis Castejón, debía haber expulsado del pleno a los parlamentarios radicales con consignas en sus vestimentas.
R. Castejón cumplió perfectamente con el reglamento y el portavoz de Batasuna obedeció sus órdenes tapándose la camiseta que portaba. Yo creo que Sanz está jugando, con muy mala intención, con el dolor de las víctimas del terrorismo y de las personas amenazadas por ETA, tanto en su partido como en el nuestro. Está continuamente hablando de Batasuna cuando lo que hay que hacer es trabajar todos los partidos democráticos, incluidos los nacionalistas, en la lucha contra ETA. ¡Ya vale de hipocresías¡
P. ¿Existen discrepancias en el PSN respecto de la actual línea política del partido?
R. No. El PSN ha conseguido, muy lentamente, remontar las crisis de escándalos ya pasados. La cohesión es muy alta. No tanto la decisión concreta de votar no a los presupuestos, pero sí la estrategia de configurar al partido como alternativa de gobierno fue marcada por un comité regional celebrado en noviembre en el que más del 90% de los votos secundaron el rechazo al proyecto de cuentas. A partir de ahí, las reuniones del grupo parlamentario y de la Ejecutiva han sido numerosas y constantes y el grado de respaldo a la dirección del PSN en esa estrategia es superior al que existía antes.
P. ¿Cuándo y por qué comenzó el alejamiento entre Gobierno foral y PSN?
R. Cuando UPN se dio cuenta de que comenzábamos a obtener determinados réditos, según ellos electorales, en nuestra actitud responsable de pactar con el Gobierno, pero no renunciar a nuestra responsabilidad de hacer oposición. Entonces rompió el tándem, aunque UPN siempre ha jugado a dividir al PSN. Muchas veces lo consiguió, pero ahora, viendo desde los sectores progresistas de Navarra lo que es capaz de hacer un Gobierno de derechas en solitario, hemos llegado a la conclusión de que debemos organizarnos para cambiarlo.
P. ¿Ha tenido presiones de la ejecutiva federal del PSOE para que rompieran sus pactos con los socios navarros del PP?
R. Ninguna. La ejecutiva federal ha respetado siempre nuestra autonomía.
P. Dijo que el PSN no será interlocutor prioritario de UPN, y menos solo, en 2002. ¿Qué sentido tiene ese anuncio?
R. El de dejar claro que si se remitiera un nuevo presupuesto en febrero, el PSN no negociaría en exclusiva con UPN, sino que exigiría un consenso con el resto de los partidos democráticos para apoyar el documento.
P. ¿Cuentan con CDN en 2003 para esa alternativa?
R. No es imprescindible, pero si lo desea, bienvenido será, aunque deberá retratarse con hechos. Nosotros ya nos hemos mojado hasta el cuello. Cuando el PSN pacta con la derecha tiene un desgaste, pero también realiza un servicio institucional y las referencias sociales son muy distintas. No hay riesgo de que nadie se coma a nadie. Pero en el caso de CDN se corre el riesgo de que el más pequeño acabe absorbido por el mayor.
P. ¿Cómo se vive en el socialismo navarro la situación de sus compañeros del PSE-EE?
R. Con enorme respeto hacia la decisión de Nicolás Redondo, el trabajo de la gestora y el debate abierto en su seno. Lo importante es que se sinteticen, bajo una dirección unida, las posiciones plurales que existen en su seno. La violencia en Euskadi y Navarra y la presencia del nacionalismo hacen lógico y necesario que haya pensamientos distintos en el socialismo. No es ningún mal, sino un acicate de reflexión para hacer una política ciudadana útil. Creo que el PSE debe pegarse muchísimo al terreno, configurar su propio espacio político y, a partir de ahí, trabajar con lo que hay. No se puede excluir un entendimiento con el nacionalismo vasco siempre que éste quiera entenderse con nosotros, respetando las reglas de juego y el entramado jurídico de Estatuto y Constitución.
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