Christmas
Cuentan que los romanos ya se enviaban notas deseándose buenos festejos, y que el 'inventor' de los Christmas actuales fue un inglés, aunque resultara americano el primero en negociar con ellos. Pero habrá que matizar lo de modernos, porque lo último, y más rápido, y más cómodo, y más barato, y más completo, son sin duda las moviltarjetas y las ciberpostales (algunas animadas) que vuelan por la Red, amenizadas por su villancico y todo. Lo que poco ha variado es la iconografía de angelotes y campanas, camellos y renos, arbolitos y pesebres; sólo el lema sufre alguna que otra transmutación, y no por mor de los idiomas (que Feliz Navidad es la expresión más traducida y en la que todos somos políglotas) sino porque hay teclados que nada más escriben 'Próspero ano nuevo'.
Así, circulan mensajes que incluyen pensamientos y salmos, otros para enviar a presos de conciencia, algunos contra Pinochet, y hasta los que, aportando un donativo, añaden una misa por ti y tus parientes.
Si entre particulares ha disminuido mucho el tráfico de felicitaciones, empresas y organismos siguen realizando mailing especiales. Los alcaldes creativos inventan sus propios ripios, los más sencillos y solidarios imprimen tarjetas de Unicef y ONG, los rumbosos encargan cartulinas de lujo (como la Federación de Fútbol) muy criticadas cuando se sufragan con fondos públicos. Este año la Consejería de Cultura presume de tabla gótica restaurada, Bienestar Social reparte dibujos de discapacitados, Fontilles representa la vida de Lázaro, prensa de Obras Públicas hace ofrendar a los Magos un Scalextric, agua depurada para biberón y una tienda de campaña VPO. En valenciano siempre, la alcaldesa de Aldaia reproduce un poema de Maria Beneyto sobre el Sur y el de Alaquàs, en árabe y luego en castellano, difunde un mensaje a todas las mujeres que sufren, principalmente a las afganas.
Mi amiga y colega Aurora, de Agricultura, nos felicita sobre una etiqueta en la que aparece una goleta con todo el velamen desplegado mientras Baltasar exhibe ufano una oronda naranjota. Sí, todos deseamos que en el 2002 arriben por fin a buen puerto las clementinas errantes.
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