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TRES VISITAS QUE NO HAY QUE PERDERSE

- El prerrománico asturiano, la más valiosa y excepcional contribución de la zona al patrimonio artístico, conserva en Oviedo el conjunto más numeroso en una sola localidad de aquella manifestación del poder naciente que se estaba acrisolando, como reino, entre los siglos VIII y X, y que trató de imponerse no sólo por las armas, sino con la creación de un paradigma cultural propio. Santa María del Naranco, un palacio real de caza, y la iglesia de Miguel de Lillo (o Liño), ambas edificaciones en la falda del monte Naranco, constituyen dos de las muestras más depuradas y armónicas de aquel sorprendente e intrigante esplendor artístico. Las influencias bizantinas y europeas que se le atribuyen, y las soluciones modernas y precursoras que incorporó, sin perder nunca la sencillez ni la originalidad, constituyen su verdadera fuerza seductora.

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- Esa misma paradoja se repite en la catedral, una edificación gótica construida a lo largo de 400 años, a partir de las basílicas y templos prerrománicos que ocuparon antes ese mismo emplazamiento, y cuya singularidad más llamativa es la existencia de una única torre -'índice de piedra que señala al cielo', escribió Clarín- porque, según la versión más común, se consumió el presupuesto necesario para edificar la segunda. De modo que esa asimetría, lejos de ser una tara, acabó por determinar su verdadera singularidad, que no es otra que la sensación de esbeltez y ligereza. La catedral, y las basílicas que la precedieron, hicieron de Oviedo una ciudad cosmopolita, una vez que el rey asturiano Alfonso II puso en marcha el mito del sepulcro de Santiago y el Camino Jacobeo como un inteligente ardid militar para vertebrar el reino asturiano hasta Finisterre. La cámara santa, que conserva en el interior del templo catedralicio las reliquias católicas que la invasión islámica obligó a refugiar en el pequeño y transmontano reino astur y las obras de orfebrería de aquella monarquía, constituyeron en la Edad Media un foco de atracción internacional. En los aledaños de la cámara se conservan los graffiti de los peregrinos europeos a Santiago, quienes hicieron popular el aserto de que 'quien visita al apóstol (Santiago) y no va al Salvador (Oviedo), visita al criado y olvida al Señor'.

- Con apenas 21 años de existencia, y partiendo de presupuestos humildes, el Museo de Bellas Artes de Asturias, a pocos metros de distancia de la catedral, constituye la más reciente y tenaz apuesta de la ciudad por situarse como centro de arte. La pinacoteca ocupa dos palacios de los siglos XVII y XVIII, está en marcha su ampliación con la anexión de los edificios adyacentes -de los siglos XVI a XIX- y alberga obra pictórica, escultórica, fotográfica, grabado y artes industriales de los siglos XVII al XX. Tras integrar la magnífica Colección Pedro Masaveu, gestiona ahora la incorporación de uno de los tres Apostolados completos que se conservan en España de El Greco, propiedad de otro financiero asturiano.

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