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La Bolsa española enlaza dos años seguidos de pérdidas por primera vez en 20 años

Madrid cierra 2001 con una caída del 6,39%, el descenso menos acusado de los mercados europeos

Dos años malos, y consecutivos. La Bolsa española cerró 2001 con una pérdida del 7,82% en el índice Ibex 35, la menor entre las grandes bolsas europeas, cuyos descensos rondan el 20%. El índice general de Madrid baja el 6,39%. Se trata del segundo año consecutivo de pérdidas en la Bolsa, algo insólito en los últimos 20 años y que indica hasta qué punto la actual coyuntura está pasando factura a los mercados de valores. La crisis de las telecomunicaciones, la desaceleración económica, los atentados del 11 de septiembre y, finalmente, la recesión global y la crisis argentina han complicado el ejercicio.

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La pérdida del 7,82% en el índice selectivo Ibex 35 en este ejercicio, que acabó ayer, puede considerarse como un mal menor, si se tienen en cuenta los numerosos problemas que se han acumulado a lo largo del año. Éste es el segundo año consecutivo en que la Bolsa termina con pérdidas, algo que no había sucedido al menos desde 1980 y que es un reflejo de la gravedad de la crisis que afecta a las economías de todo el mundo.

Para los analistas es todo un logro el que la Bolsa española sea la mejor de su entorno, ya que la gravedad de la crisis argentina es una amenaza directa para los grandes valores españoles, todos ellos con numerosas e importantes inversiones en Argentina y los países de la zona.

El año 2001 ha estado salpicado de problemas desde el principio, algunos heredados del ejercicio anterior y otros desvelados poco a poco, hasta llegar a la situación actual de amenaza de recesión en las tres grandes áreas económicas del mundo, la del yen, la del dólar y la del euro, y el consiguiente efecto sobre los países en desarrollo.

El primer problema al que se enfrentaron los mercados fue la crisis del sector de las telecomunicaciones en el mes de enero. El cuantioso endeudamiento de las empresas de telecomunicaciones para hacerse con licencias de telefonía móvil UMTS y el retraso en la disponibilidad de la tecnología para desarrollarla provocó una espectacular caída de las cotizaciones en toda Europa y puso a las bolsas en jaque, situación que duró hasta mediados del mes de marzo y que hizo caer el Ibex 35 hasta casi los 8.500 puntos.

Mientras las sociedades de telecomunicaciones acaparaban la atención de los inversores, la situación económica se deterioraba en Estados Unidos, forzando sucesivas rebajas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal para tratar de evitar que el aterrizaje suave de su economía no terminara en algo peor. El Banco Central Europeo (BCE) tuvo que reconocer que la economía de la UE se vería afectada por la debilidad de Estados Unidos tras varios meses de negativas rotundas. En mayo recortó un cuarto de punto los tipos de interés, hasta igualarlos con los de Estados Unidos, en el 4,50%. Para entonces, la Reserva Federal había rebajado dos puntos y unos días después ajustaba otro cuarto de punto a la baja.

A lo largo del verano, los problemas se reducían a conocer el alcance de la desaceleración económica, pero los atentados terroristas del 11 de septiembre introdujeron nuevos componentes en la crisis, acelerándola hasta llegar a la recesión actual. En los últimos días de septiembre el Ibex 35 alcanzaba su valor mínimo del año, con 6.498 puntos, y una pérdida acumulada en el año del 28,67%.

Los esfuerzos realizados desde entonces para devolver la confianza a los inversores han surtido efecto y el Ibex 35 ha recuperado casi un 30%. La volatilidad ha sido uno de los elementos clave en un ejercicio que deja muchas cuestiones sin resolver, pero que ha puesto de manifiesto la capacidad de respuesta de la actual Bolsa a cualquier tipo de problemas.

La contratación en el mercado español ha rozado los 75 billones de pesetas, 450.000 millones de euros, la segunda más alta de la historia tras los 488.863 millones del año 2000, y más de la mitad de ese dinero lo han movido inversores extranjeros, aunque en este año sus operaciones han sido netamente vendedoras, según datos de finales de julio.

Por sectores, hay que destacar los descensos de banca y comunicaciones debido a los efectos de la crisis argentina sobre Telefónica, que baja el 14,60%, BSCH que pierde el 17,46%, y BBVA, que baja un 12,30%. Las constructoras ofrecen el mejor resultado, con una subida del 25,99%, que indica que el sector se encuentra en la cresta de la ola en cuanto a actividad y valoración por parte de los inversores.

En el lado opuesto están las sociedades tecnológicas, agrupadas en el Nuevo Mercado, y que todavía no se han recuperado de la fuerte crisis que comenzó en marzo de 2000. En el conjunto del año, el índice del Nuevo Mercado pierde el 22,45%.

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