Ganado de artistas

Hace poco más de un año, Jimmy Giménez-Arnau interrumpió un acalorado debate sobre temas cardíacos en el programa Tómbola de Canal 9 para mandar un saludo al diseñador MacDiego y felicitarlo por la publicación del tercer número de su revista Ganadería Trashumante, en la que el cronista de la prensa rosa había colaborado con un artículo sobre la modernidad.

Diego Ruiz de la Torre, MacDiego, es conocido entre el mundo cultural valenciano por las multitudinarias fiestas que suele montar, coincidiendo con el solsticio de verano, en su estudio en Godella. Allí, entre pinos, reúne una vez al año a dibujantes, escritores, diseñadores, cineastas y periodistas en un acontecimiento social que lleva camino de adquirir la misma mítica que los famosos suquets que organiza Pere Portabella para la intelectualidad catalana.

Pero MacDiego es, además de organizador de fiestas y catalizador de las iniciativas culturales más estrambóticas, un activista de lo gamberro. Lo demuestra anualmente al editar Ganadería Trashumante, una revista atípica que nace de la amistad y se ha convertido en un referente cultural para todos los que trabajan en el mundo de la creación artística en la Comunidad Valenciana. Ganadería Trashumante nació de la inquietud de su promotor, pero también de la amistad. Amigo y mecenas en ocasiones de la nueva generación de dibujantes valencianos que triunfa en el mundo entero, MacDiego emplaza a todos los artistas ligados al mundo de la ilustración, el diseño gráfico y la historieta y los compromete a entregarles un trabajo con la única recompensa de que su labor aparezca en el siguiente número de Ganadería Trashumante. 'Mi propósito era hacer una revista que valiera la pena, que fuera gratuita y que aglutinara a todos los creadores que funcionan por ahí haciendo cosas interesantes', afirma MacDiego sobre su publicación, que tiene una tirada de 2.500 ejemplares y se distribuye gratuitamente entre amigos y conocidos. 'Sólo un pequeño número de ejemplares se distribuye en librerías de cómics y se hace para evitar las molestias de enviarlo por correo ordinario a otras partes de España cuando me la piden', señala su editor.

No es esta una revista al uso. En primer lugar por su diseño. Ganadería Trashumante tiene dos portadas y dos maneras de leerse. En la primera se agolpan los trabajos que los colaboradores han enviado sobre el tema propuesto por su editor. En el cuarto número, que salió al mercado la semana pasada, era los iconos modernos, pero en los anteriores fueron Bill Gates, el ratón Mickey o la luna. La segunda portada abre una ventana a las creaciones de tema libre, donde cada autor desarrolla algunas de las fantasías que no puede volcar en su quehacer cotidiano.

La segunda excepcionalidad de Ganadería Trashumante tiene que ver con la nómina de colaboradores. Más de 200 creativos han participado en este número. El resultado de este batiburrillo de ideas es un grueso ejemplar (354 páginas) repleto de guiños a la cultura pop, la pornografía, las drogas, el fetichismo, el sexo y el gore, en el que caben, desde un homenaje a Georgie Dann hasta una serie de fotografías sobre un matadero. Todo ello financiado por la publicidad de estudios de diseño, librerías alternativas, talleres de fotografía o imprentas que se inserta entre sus páginas y que, en el fondo, parecen formar parte de la revista.