_
_
_
_
Entrevista:FRANCISCO VALLEJO | Consejero de Salud

'A partir de ahora el Estado-nación va a tener poco que decir en términos de salud'

Algunos de los problemas por los que atraviesa la sanidad nacional tienen su referente en el consejero andaluz de Salud. Francisco Vallejo (Alcaudete, Jaén, 1957) ha recurrido ante los tribunales el pacto del Gobierno con Farmaindustria y a los colegios profesionales les ha dejado sin uno de sus privilegios más antiguos: los sanitarios no están ya obligados a colegiarse.

'El nuevo órgano que sustituya al Consejo Interterritorial de Salud tiene que ser ejecutivo'
'El pacto del Gobierno con Farmaindustria es la fórmula elegida para introducir el copago'
Más información
'Nunca hubo tan poca gente esperando para operarse'

Llegó a Salud con la actitud del hombre prudente. No introdujo cambios, pero anunció que quería un sistema sanitario público eficaz. También le pidió a los 78.000 trabajadores del SAS que se sintieran orgullosos de trabajar en la empresa. De esto hace año y medio. Hoy Francisco Vallejo podría contar los frentes que ha ido abriendo por docenas. Por citar sólo los últimos: el que acaba de enfrentarle con los colegios profesionales al haber conseguido que se exima de la obligatoriedad de colegiarse a los trabajadores sanitarios. Y, en Madrid, el que mantiene, casi permanentemente, con Celia Villalobos. A la ministra de Sanidad no le ha gustado que Vallejo haya recurrido ante los tribunales su pacto con la industria farmacéutica.

Pregunta. Después de los habituales desencuentros en el Consejo Interterritorial, y del problemático traspaso de las últimas competencias sanitarias a las autonomías, ¿no cree usted que el Sistema Nacional de Salud (SNS) corre peligro?

Respuesta. Creo que el gran fracaso del Ministerio de Sanidad en esta legislatura ha sido, en mi opinión, no haber sabido liderar un proceso que culmina ahora con las últimas transferencias sanitarias y que, indudablemente, nos llevan a un nuevo modelo sanitario nacional. La ministra [Celia Villalobos] no ha sabido buscar acuerdos ni liderar ese consenso necesario. Y eso ha dado al traste con el Consejo Interterritorial. Ha violado, incluso, sus normas en los últimos acuerdos que ha firmado como presidenta de dicho Consejo.

P. ¿A partir de ahora qué puede pasar?

R. Pues que va a haber un Ministerio de Sanidad sin apenas responsabilidades directas y unas comunidades autónomas con la obligación de gestionar su sanidad. Si no somos capaces de crear un órgano nuevo, de carácter ejecutivo, que defienda aquellos elementos básicos que garanticen la equidad del sistema en todo el país, estaremos poniendo en riesgo lo que tanto ha costado conseguir: el sistema sanitario que tenemos.

P. Entonces, ¿cuál sería el papel de este órgano ejecutivo que propone?

R. Por ejemplo, ahora que la financiación sanitaria ya no es finalista, no permitir que el Ministerio deje al margen a las autonomías a la hora de aprobar un nuevo fármaco, máxime cuando son ellas las que van a hacer el gasto. En el tema de los medicamentos, dónde hay tantos miles de millones en juego, me preocupa la falta de consenso, información y trasparencia que existe.

P. O sea, que según usted, es imprescindible y urgente crear este órgano, ya.

R. Sí. Sería el nuevo ente que dirigiese el Sistema Nacional de Salud. Yo le pido al ministerio que tenga amplitud de miras... Si no, podemos pagarlo muy caro. El resultado va a ser un sistema sanitario con grandes diferencias entre las distintas comunidades.

P. ¿Tiene ya la idea de como debe ser este organismo?

R. El nuevo órgano que sustituya al Consejo Interterritorial de Salud tiene que ser ejecutivo. Debe ser un órgano con mayorías cualificadas, donde se tomen decisiones que todos aceptemos. Y es que yo creo que a partir de ahora el Estado-nación va a tener poco que decir en términos de salud.

P. Usted ha recurrido en los tribunales el pacto firmado por la ministra con Farmaindustria, en su calidad de presidenta del Consejo Interterritorial, ¿por qué?

R. Aparte de que es ilegal, en mi opinión, porque tiene truco. Lo más importante de ese pacto es que el Gobierno de la nación y la industria farmacéutica coinciden en una cosa: la necesidad de introducir el copago en los medicamentos. El ministerio lo había intentado ya, pero el Partido Popular siempre fue reacio por cuestiones electorales. Ahora han encontrado una nueva fórmula: dan un rodeo. Al ser las comunidades autónomas las que deciden cuánto se van a gastar en medicamentos, si el gasto no para de subir como parece probable, significará que dentro de unos años para poder pagar las medicinas, o retraen dinero de los sueldos, o de las inversiones. Como eso no pueden hacerlo no le quedará más remedio que aplicar el copago.

P. Demasiado retorcido y maquiavélico, ¿no cree?

R. No. Es la fórmula magistral que han diseñado entre el ministerio y Farmaindustria. Ya ha ocurrido así antes en otros países de Europa. Ésta es la realidad de lo que está ocurriendo; está muy claro.

P. Cambiando de tema, parece que tiene usted la cualidad de provocar desencuentros. Cada vez que propone algo, o se enfadan los médicos, o los enfermeros o los sindicatos. Y no hablemos de la oposición.

R. Yo no lo vivo así. Mi impresión es que cada día son más los profesionales que perciben que tenemos un proyecto sanitario claro, que sabemos a donde vamos. A mí me parece que se está generando un clima de ilusión importante. Y esto no es casual. No es casual que Andalucía esté ahora mismo coordinando el Plan de Calidad del Sistema Nacional de Salud.

P. ¿Entonces, por qué se han enfadado tanto los colegios profesionales a partir de su propuesta de libre colegiación?

R. Quienes protestan son los directivos de esos colegios, no los médicos ni la enfermería ni los farmacéuticos, que yo creo que están encantados con la libre colegiación.

P. ¿Está usted seguro?

R. ¿Cómo van a estar en contra de la libertad? Es cierto que hay que garantizar la obligatoriedad de colegiación en la actividad privada; ahí los colegios tienen que cumplir un papel. Pero cuando se trabaja en exclusiva para la Administración nadie ha sido capaz de darme una razón que justifique la obligación de colegiarse. Creo que éste es un paso muy importante de modernización que le va a venir muy bien a los profesionales, a los colegios y al sistema sanitario en general.

P. Una vía de colaboración, parece que interesante, y sin duda novedosa, es la que usted ha abierto con el sector farmacéutico minorista.

R. Sí, me parece que si tenemos un buen sistema de farmacia, debemos integrarlo lo más posible en el sistema público sanitario. Como agentes activos de salud, su aportación puede ser importante. En esa línea hemos firmado ya acuerdos con ellos. Uno, el que les compromete a dispensar el genérico más barato, siempre que el principio activo sea el mismo. Creo que esto es bueno para todos; no sólo para la sociedad, también para ellos.

P. Aunque no sea su tema, pero, dado que Andalucía está ahí, como quien dice al lado del Magreb, ¿se atreve a opinar sobre las diferencias que mantiene el Gobierno español con Marruecos y el reciente viaje del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero a este país?

R. Sinceramente, creo que el secretario general ha hecho bien en ir. Y además, entiendo que su actitud ha sido generosa; no así la del Gobierno. Por otra parte, se puede ser muy crítico con Marruecos pero unas buenas relaciones con este país son imprescindibles. También echo en falta un mayor compromiso de la Unión Europea con esta región del norte de África.

P. Finalmente, ¿se ha arrepentido muchas veces de haber acepta esta Consejería?

R. No, no. La verdad es que esto de la sanidad engancha mucho. De verdad.

Francisco Vallejo.
Francisco Vallejo.GARCÍA CORDERO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_