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FALTAN 8 DÍAS

Las máquinas tragaperras aumentan la apuesta mínima y el premio máximo

Ramón Muñoz

Las más de 200.000 máquinas tragaperras que funcionan en España vivirán su particular revolución a partir del 1 de enero. Los aficionados a este tipo de juego recreativo tendrán que tener en cuenta, sobre todo, que con el euro cambiarán tanto la apuesta mínima como el premio máximo.

Así, en las máquinas denominadas de tipo 'B', las que se encuentran en bares, cafeterías y locales recreativos, la apuesta mínima pasará de las actuales 25 pesetas a 0,20 euros (33,27 pesetas). Como contrapartida los premios serán mayores, y el máximo que se podrá conseguir por una sola apuesta alcanzará los 120 euros (19.966 pesetas), frente a las 15.000 pesetas actuales.

No todas las máquinas funcionarán con euros el 1 de enero de 2002. El ritmo de adaptación dependerá básicamente de los acuerdos a los que lleguen los distribuidores y los propietarios de los locales, a medida de que sus clientes vayan disponiendo de cambio en euros y, según las primeras consultas, los propietarios de los locales optarán por mantener máquinas que funcionen con pesetas y con la nueva moneda europea.

La única divergencia que ha surgido entre las comunidades autónomas -competetentes en la materia- y los fabricantes de equipos se ha planteado a propósito de si las máquinas debían devolver las monedas de 10 céntimos cuando el jugador introdujera, por ejemplo, una moneda de 50 céntimos o, si por el contrario, esos 10 céntimos se acumulaban para otra baza o permitían otro tipo de apuesta. Al final, la mayor parte de las comunidades autónomas (con la excepción de algunas como Cataluña o País Vasco) han optado por exigir la devolución obligatoria de los 0,10 euros.

La adaptación de estas máquinas no ha supuesto ningún problema técnico para los fabricantes, que han debido cambiar la embocadura de las monedas, los aceptadores de los billetes y el software. En muchos casos, se aprovechará la llegada del euro para reponer la máquina.

Los establecimientos tampoco ocultan el temor de que las tragaperras se conviertan en máquinas de cambio, lo que agravaría el problema más temido por bares y cafeterías que poseen otras máquinas como las de tabaco que también precisan de cambio.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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