El Kutxaespacio de la Ciencia abre al público un innovador planetario

El 20 de septiembre de 1519, Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano partieron de Sanlúcar de Barrameda con otros 250 hombres con el fin de encontrar una nueva ruta de las especias. Tenían un astrolabio y una ballestita, pero las estrellas se convirtieron en su mejor guía. Este viaje virtual por el tiempo y el espacio inauguró ayer el innovador planetario del Kutxaespacio de la Ciencia donostiarra y su difusión de la astronomía.

Hace casi un año que se inauguró el Kutxaespacio de la Ciencia de San Sebastián, un museo científico que destapa los secretos de la ciencia, la tecnología, los fenómenos naturales y el universo. Pero en aquel momento no tenía todas las instalaciones a punto: el observatorio y el planetario se encontraban aún en construcción. Fue ayer cuando el centro, por el que ya han pasado unas 300.000 personas, amplió su oferta lúdica y educativa con la inauguración del planetario.

La construcción de esta infraestructura, diseñada por el arquitecto Joaquín Montero y construida por la empresa guipuzcoana Lanik, se ha demorado más de lo previsto, porque el Kutxaespacio de la Ciencia no se ha contentado con diseñar un espacio convencional. El planetario, una semiesfera de 880 metros cúbicos instalada en el interior de un cono invertido de alumnio, se convierte en una gran pantalla de 360 grados y 660 metros cuadrados, sobre el que se enseña a leer las estrellas y constelaciones del cielo. O a revivir la vuelta al mundo de Elcano, con sus mareas vivas. Porque el sistema de proyección empleado crea en el espectador -reclinado sobre los asientos-, la sensación de que está viviendo lo que ve.

El efecto se consigue con dos sistemas digitales. El primero, soportado por 17 videoproyectores conectados a otros tantos ordenadores, permite la proyección a cúpula completa de imágenes y animaciones a todo color. 'Crea así', dijo ayer el director del Kutxaespacio de la Ciencia, Félix Ares, 'una sensación envolvente nunca antes conseguida en una instalación de este tipo'. El sistema permite unir muchos vídeos, simulando que son uno sólo. Así se logra, según Ares, aumentar la resolución de la pantalla y se evita que se vean las líneas y puntos de la proyección.

Antes y después

En todo caso, el corazón del planetario es el sistema de proyección de estrellas Digistar II, el segundo de estas características instalado en España. Al ser digital, permite mostrar el cielo a distintas latitudes y por su tridimensionalidad introduce al espectador en un viaje virtual a través del tiempo y el espacio, generando una sensación de movimiento real. 'Tengo datos que me indican que lo que voy a decir no es sólo amor de padre', dijo Ares. 'En el día de hoy [por ayer] se marca un antes y un después en la construcción de planetarios'.

El Kutxaespacio de la Ciencia quería inaugurar el planetario con una proyección que permitiera apreciar las posibilidades del sistema y al mismo tiempo introducir al espectador en la astronomía, con una historia cercana. Y así lo hizo. Ayer por la tarde se estrenó con el pase de Elkano: primus circumdedisti me, un espectáculo multimedia creado conjuntamente por el centro e Ikusi Multivisión, que reconstruye la vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano, el insigne navegante de Getaria.

Aquella gesta del siglo XVI se resume ahora en 30 minutos que han supuesto 4.000 horas de trabajo de investigación y producción durante dos años y medio. La proyección sitúa al espectador en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Desde allí salió una expedición de cinco naves comandada por Magallanes con el objetivo de encontrar una nueva ruta hacia las islas de las especias. Elcano era el maestre de una de las embarcaciones que contaban con sólo dos instrumentos básicos de navegación: un astrolabio y la ballestita. Pero en aquellos meses de penurias, motines y escaramuzas, encontraron su mejor guía en las estrellas que iluminan ahora la sala del planetario.