La izquierda y el PP arrinconan a Pujol en el Parlament por los fallos de su Gobierno

El tiempo pasa, la nieve no se va y la luz no siempre llega. En Manresa, la calle más comercial se quedó ayer sin electricidad durante cuatro horas (anteayer fueron siete). En Igualada y Lleida, la nieve se ha convertido en hielo. Los trabajos al aire libre se han suspendido y algunas casas están sin agua. El transporte escolar sigue con problemas en las comarcas de Anoia, Pla d'Urgell, Segarra, Garrigues, Priorat, Terra Alta, Ribera d'Ebre y Conca de Barberà.

El frío también está afectando a las conducciones de agua y de calefacción en numerosas viviendas de Lleida capital y de varias localidades del Pla d'Urgell, Urgell y Garrigues, donde las temperaturas máximas no han sobrepasado desde el pasado viernes los siete grados negativos. El martes por la tarde una avería dejó sin suministro eléctrico a unos 6.000 usuarios de Lleida y la falta de transporte escolar volvió a dejar ayer, por tercer día consecutivo, a más de 1.600 alumnos sin clase en el Pla d'Urgell, las Garrigues y la Segarra. Lo peor de todo es que las previsiones no indican mejoras significativas para los próximos días, con lo que la situación podría agravarse, especialmente en las carreteras, donde ayer se vivió una situación caótica a causa de tres accidentes múltiples que se saldaron con un herido grave, varios leves y más de 40 vehículos implicados.

El siniestro más espectacular se registró poco antes de las 10 de la mañana en el kilómetro 494 de la autovía Lleida-Barcelona (N-II), en el término municipal de Bellpuig. La niebla y el hielo de la calzada provocaron una colisión en cadena en la que se vieron involucrados 14 camiones de gran tonelaje y 21 turismos. Casi a la misma hora y en la misma zona se produjeron otras dos colisiones en la misma vía, que permaneció más de siete horas cerrada al tráfico en los sentidos.

La situación no es mejor en Igualada. La nieve del viernes es ahora hielo y las actuaciones del Ayuntamiento se han mostrado, a juicio de los vecinos, claramente insuficientes. Muchos de ellos no han podido sacar el coche del aparcamiento. Las calles estrechas aún no han sido limpiadas y las más anchas tienen los restos de la nieve helada. En Tarragona las cosas no están tan mal: cuatro carreteras comarcales siguen cortadas, hay calzadas en las que el uso de cadenas es preceptivo y se han registrado accidentes causados por placas de hielo, ninguno grave. Unos 2.500 alumnos siguen sin clase.