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La plaza de la Corredera de Córdoba se inaugura tras 15 años de obras

Las reformas han provocado protestas de vecinos y comerciantes

Tras 15 años de obras, conflictos y disensiones, la rehabilitación de la histórica plaza Corredera de Córdoba ha quedado terminada. El presidente de la Junta, Manuel Chaves, y la alcaldesa de la ciudad, Rosa Aguilar, inauguraron ayer esta plaza barroca, en cuya reforma las dos administraciones han invertido cerca de 1.500 millones de pesetas. Además de restaurar la fachada y de cambiar el pavimento, el alumbrado y el mobiliario urbano, se han urbanizado las calles circundantes, se han habilitado viviendas, se ha renovado el mercado enclavado dentro del recinto y se ha remodelado la cercana Ermita del Socorro.

Chaves y Aguilar destacaron el papel clave que debe desempeñar la Corredera en el desarrollo de Córdoba como polo de atracción turística y como centro de actividad comercial. La alcaldesa insistió en que la rehabilitación de la plaza se ha hecho 'para que conserve su sabor único', y combinando la restauración del patrimonio histórico con la de las viviendas, con la intención de 'integrar a los vecinos de toda la vida'.

La Junta ha aportado 975 millones de pesetas y se ha hecho cargo de acciones como la restauración de la fachada y de la primera crujía (es decir, la primera fase de construcción de los edificios que enmarcan la plaza); la reurbanización de las calles adyacentes, entre ellas Toril y Espartería; la recuperación de la Ermita del Socorro; y la habilitación de 27 viviendas.

El Ayuntamiento, por su parte, ha invertido algo más de 500 millones y ha sido el responsable de la rehabilitación del mercado Sánchez Peña, de la intervención en la Casa de Doña Jacinta y de una promoción de viviendas en régimen de alquiler. También corresponde al Consistorio, que todavía no ha firmado la recepción de las obras, la aprobación del Plan de Uso de la Corredera, una de cuyas prioridades es la revitalización del barrio.

Aguilar calificó como 'inviable' la reclamación de los comerciantes del mercado Sánchez Peña, que exigen un aparcamiento en el interior del recinto. La alcaldesa afirmó que se ofrecerán las plazas de estacionamiento necesarias en áreas próximas, como la Posada de la Herradura y la Manzana de San Pablo.

Comerciantes y vecinos llevan años quejándose de la eternización de las obras, que ha perjudicado los negocios de los primeros y la calidad de vida de los segundos, y han recurrido incluso al Defensor del Pueblo Andaluz. Muchos de ellos aprovecharon ayer la oportunidad para dirigirse personalmente a Chaves y Aguilar y hacer constar sus reivindicaciones. Otro punto de fricción ha sido el alumbrado público, de diseño vanguardista y, a juicio de los vecinos, poco apropiado para el estilo de la plaza.

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