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Columna
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Última vuelta

Mientras el secretario general del Partido Socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, sube de nuevo a la red en Rabat, la capital de Marruecos, para seguir ayudando al Gobierno como cuando el Pacto Antiterrorista o el de la Justicia o cuando los acuerdos para los nombramientos institucionales, suena la campana que anuncia la última vuelta de la presente legislatura. Ya tenemos a nuestro presidente del Gobierno, José María Aznar, al frente del Consejo Europeo de la UE dispuesto a probar suerte con la bola del mundo que han puesto en sus manos ya sea en Afganistán, en Palestina, en Mercosur, o donde se tercie.

Aquí se calcula que Gescartera desaparecerá con las uvas del día 31 y se doblan apuestas sobre la amnesia. Ya se oyen los claros clarines del Congreso del PP. Un Congreso sin incertidumbres doctrinales, donde el actual secretario general, Javier Arenas Bocanegra, verá prorrogado su mandato sin discusión. Preparémonos para escuchar su discurso en línea con aquél que nos propinó en enero de 1991 cuando su primera exaltación como número dos del PP.

Qué buen momento, pues éste de diciembre de 2001 con el euro en el bolsillo, para volver sobre los programas electorales del PP redactados con ocasión de los comicios generales de 1996 y de 2000. Veamos qué se ha hecho de algunos de los compromisos fundamentales. Decían en la página 153 del programa Con la nueva mayoría de 1996 que 'con el propósito de hacer del Senado una auténtica Cámara de representación territorial que fortalezca nuestro Estado de las Autonomías', el PP 'impulsará el necesario acuerdo de los grupos políticos para proceder a la reforma del Título III de la Constitución' que se refiere a las Cámaras.

El objetivo era 'mejorar la integración política del Estado, a través de una más intensa representación específica de las Comunidades Autónomas en el Senado' mediante reformas de la composición, de las competencias y de los procedimientos en el ejercicio de su función colegisladora.

Pasados cuatro años de parálisis, sin celebrar siquiera el Debate anual sobre el Estado de las Autonomías, en la página 196 del programa el Compromiso del Centro para 2000 los del PP difuminaron los perfiles de la propuesta anterior y sólo hacían constar: 'Continuaremos, con el más leal afán de acuerdo, los trabajos necesarios para acometer las reformas que sean necesarias para que el Senado pueda actuar efectivamente como Cámara de representación territorial, papel que la propia Constitución le otorga'.

Luego, a la altura del 5 de diciembre de 2001, la inversión registrada por Aznar a estos efectos era de 180 grados hasta el punto de descalificar a los socialistas por promover la misma reforma del Senado que preconizaba el PP cinco años antes. Con ese recuerdo quiso defenderse en el Pleno del pasado día 11 el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, pero sólo le valió para cosechar más oprobio y más desdenes.

Qué interesante, en todo caso, recordar ahora cuando todo ha terminado en bronca lo que proponían en 1996 los programas del PP para potenciar la Conferencia Sectorial para Asuntos Europeos, 'como instancia especializada para hacer efectiva la participación de las comunidades autónomas en la formación de la voluntad del Estado en aquellos asuntos comunitarios que afecten a las competencias que las comunidades autónomas tienen transferidas'.

Obsérvese también cómo suenan las propuestas del PP de 1996 y de 2000 a tenor de las cuales 'la mayoría parlamentaria no debe ser un instrumento de abuso', 'las Instituciones del Estado están al servicio de los ciudadanos y no del partido que ejerce el poder', 'el poder debe someterse a controles para garantía de los ciudadanos', 'la TVE debe desterrar la manipulación y recuperar el pluralismo y la objetividad'.

¿Y para cuándo se dejan la reforma por consenso de la Ley Electoral General, el establecimiento con periodicidad anual de las declaraciones sobre actividades y bienes de Diputados y Senadores, la nueva regulación de la financiación de los partidos o del sector público audiovisual o la creación de un Comité de medios audiovisuales de carácter independiente? El tiempo apremia.

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