Un tirón de orejas provechoso

Achuchado por las críticas a su fútbol insulso, el entrenador del Valencia, Rafa Benítez, tiró por la calle de en medio y alineó su once más ofensivo del curso fuera de Mestalla: Rufete, Vicente, Aimar, Mista e Ilie, y Salva en la segunda parte. Todo o nada, debió de pensar Benítez, al que más de uno veía pasando las Navidades lejos de Mestalla. La directiva le ratificó oficialmente -'ni nos hemos planteado destituirle', dijo el lunes el portavoz del consejo, Jesús Barrachina-, pero le dio un tirón de orejas en privado. En Montjuïc, al ataque, le sugirieron.

Los resultados fueron formidables. El Valencia agradeció la apuesta ofensiva y tejió un fútbol elegante por fases, con constantes triangulaciones y una alegría no conocida para los inquilinos de Mestalla. La retaguardia, en cambio, quedó desnuda. El Valencia encajó dos tantos en dos errores defensivos impropios de su fama de buen fajador.

Benítez arriesgó, y la moneda que soltó al aire le salió cara, aunque con mucho suspense. La de ayer es la primera victoria del conjunto valenciano lejos de Mestalla en la Liga. Desde el 5 de mayo, en Anoeta, el Valencia no ganaba como visitante. Aún hay más: la victoria es la segunda que consigue a domicilio Benítez en Primera División.

Una vez abierta la caja de los petardos, el conjunto de Benítez aprovechó la ocasión: en menos de diez minutos marcó tres tantos cuando en los últimos cinco encuentros (450 minutos) sólo había sumado uno. Rufete, que no se había estrenado todavía en la competición nacional, marcó ayer por partida doble.

No se quedaron ahí las buenas noticias para el Valencia: 181 días después, el centrocampista Rubén Baraja volvía a vestirse de corto, tras una lesión de rodilla que ha sido un calvario. Benítez, para quien Baraja es 'un fijo', considera vital su aportación.