Un apagón paraliza el área de Barcelona más de tres horas

Semáforos, alumbrado, trenes y metro se paralizaron ayer alrededor de las seis de la tarde por el gran apagón que afectó a Barcelona y su área metropolitana. Mientras las calles estaban a oscuras, más de 200.000 personas resultaron afectadas por los cortes de los servicios de metro, cercanías y Ferrocarrils de la Generalitat. La luz volvió a las calles tres horas más tarde, pero centenares de personas quedaron atrapadas en las estaciones de tren del Vallès.

El apagón fue generalizado en el área de Barcelona, aunque también afectó a otras ciudades, entre ellas Vic, Manresa y Terrassa.

Cuatro líneas del metro de Barcelona -la 1, 2, 3 y 5- sufrieron cortes intermitentes a partir de las seis de la tarde. La línea 2 quedó cortada entre las estaciones de Passeig de Gràcia y Parallel, aunque funcionaba en el resto del trazado. La línea 3 estuvo fuera de servicio entre las estaciones de Espanya y Gràcia. La 1 sufrió una avería de una media hora.

Tres líneas de cercanías, la C-1, C-3 y C-4, también sufrieron interrupciones y la acumulación de éstas generó retrasos de más de 45 minutos. La falta de suministro motivó que los trenes cicularan sin control semafórico durante dos horas y todas las operaciones se regularon desde la sede central de Renfe en Barcelona.

El caso más problemático fue el de las dos líneas de Ferrocarrils de la Generalitat que comunican Barcelona con Terrassa y Manresa. Ese servicio quedó suspendido alrededor de las siete de la tarde, lo que afectó a 20.000 usuarios ya que se trata de una de las franjas horarias con más usuarios de la red de ferrocarriles.

Al producirse el apagón, los convoyes tuvieron la suficiente energía para llegar a las estaciones. Pero cinco horas después los trenes seguían parados en las estaciones del Vallès y cientos de pasajeros se vieron atrapados en ellas puesto que gran parte de las carreteras se encontraban cortadas o casi impracticables. El aeropuerto no se vio afectado.

En la capital, la sensación de caos se adueñó de gran parte de la ciudad. A media tarde de ayer, hasta los bomberos y otras instituciones tenían problemas para contactar con Fecsa. Lo mismo ocurrió con los intentos de ponerse en contacto con los servicios de emergencia de la Generalitat. Los distritos más afectados fueron Ciutat Vella, Poblenou, Poble Sec, Eixample, Les Corts y Sants.

Fecsa se queda sin luz

Mientras, las calles ofrecían un panorama fantasmagórico. Cientos de ciudadanos aprovechaban las luces de los vehículos para orientarse, cuando no mecheros y cerillas. Semáforos y alumbrado público -incluido el navideño- dejaron de funcionar. Poco a poco, el suministro se fue restableciendo, aunque de forma desigual y con cortes intermitentes. La normalidad volvió a la mayor parte de la ciudad y del área metropolitana sobre las nueve de la noche.

Agentes de la Guardia Urbana reforzaron el control de los cruces más importantes de la ciudad y, sobre todo, la zona norte de Barcelona, que era la más afectada por la nevada. En esa zona, las carreteras de Vallvidrera, la Arrabassada y Horta-Guinardó fueron cerradas al tráfico y sólo se podía circular por los túneles.

El corte de suministró afectó a la central de la propia Fecsa-Endesa en Barcelona, que se quedó sin luz y sin líneas telefónicas. También se quedaron a oscuras la Jefatura Superior de Policía, la Guardia Urbana, el Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. En este último fallaron hasta las luces de emergencia y Jordi Portabella, tercer teniente de alcalde, decidió seguir celebrando bodas a la luz de candelabros y velas.

Los principales hospitales de la ciudad, en cambio, no sufrieron las consecuencias del apagón ya que se activaron los grupos electrónicos.

El temporal de nieve también afectó al servicio nocturno de autocares que suele cubrir los trayectos entre Barcelona y otras ciudades de la provincia. Esas líneas suelen salir a medianoche de la plaza de Catalunya.