'¿Hay elecciones pronto?'

El presidente de la Generalitat asistió ayer a la presentación del Plan de Igualdad de Oportunidades 2001-2004 que se celebró en el Palau de Congressos de Valencia ante más de un millar de mujeres de toda la Comunidad. El acto, que contó con la presencia del consejero de Bienestar Social, Rafael Blasco, se vió empañado por la muerte de la concejal de cultura del Ayuntamiento de Calpe, Teresa Boronat, que falleció en un accidente de trafico mientras volvía a su localidad después de haber asistido a la presentación del plan. El Consejo Valenciano de la Mujer, que tenía previsto reunirse hoy, fue suspendido debido al fallecimiento de Boronat.

'¿Hay elecciones pronto?'. A Conchita, de Orihuela y con 75 años a sus espaldas, no se la pegan. Algo le huele raro cuando un autobús te recoge a las ocho de la mañana, te deja a las puertas del Palau de Congressos de Valencia para asistir a un acto multitudinario repleto de políticos -encabezados, nada menos, que por el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana- y el mismo autocar te espera, sin respiro, a las puertas del edificio pasadas las 12 horas para volver en dirección al Segura. 'A mí que no me digan', reflexiona, 'esto se ha hecho en busca de votos'.

Conchita se refería al acto de presentación del Plan de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres 2001-2004 celebrado ayer, un documento aprobado por la Generalitat que contiene una serie de medidas destinadas a promover la actividad empresarial de las mujeres, conciliar la vida laboral y familiar, hacer frente a la violencia de género o combatir la exclusión social de la mujer y la feminización de la pobreza, entre otras. Antes de las vacaciones de verano el plan fue aprobado por el Ejecutivo de la Generalitat. El documento también ha pasado por el Consell de la Dona y el de Bienestar Social, ambos órganos consultivos del departamento que dirige Rafael Blasco. Aunque no por las Cortes, como ayer denunció la diputada socialista Consuelo Catalá, quien criticó que se presente el plan sin que se haya dado parte al hemiciclo o a la comisión de la Mujer. De hecho, Catalá señaló ayer que aún no ha recibido el borrador del plan que solicitó hace seis meses a Rafael Blasco. Este detalle, sin embargo, no ha impedido que ayer fuera la fecha elegida para su puesta de largo en sociedad, para lo que Bienestar Social echó el resto.

La consejería reunió a más de mil mujeres de toda la Comunidad a las que invitó a través de las asociaciones de sus localidades. A todas les ofreció el viaje de ida y vuelta, eso sí, con algo de precipitación, como reconocían ayer algunas de las asistentes. 'Nos llamaron el miércoles pasado y nos dijeron que nos ponían el autobús para venir'. No había ningún problema si no lo llenaban. 'Nos comentaron que si no había suficientes mujeres que vinieran del pueblo, irían a otros cercanos para llenarlo', apuntó un grupo de las mujeres asistentes de la zona de Catral y Callosa de Segura.Todas ellas presenciaron atentamente las intervenciones de las representantes de las entidades que se encuentran en el Consell de la Dona. Ofelia Vila, por parte de Comisiones Obreras, destacó que el 90% de las mujeres que trabajan tienen doble jornada laboral, fruto del trabajo doméstico, mientras que Pilar González, presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Alicante, incidió en el hecho de que sólo el 8% de los puestos directivos se ocupan por mujeres. Pero quizás el discurso más reivindicativo fue el pronunciado por el propio Zaplana. El Consell incidirá con 'una intensidad feroz' para corregir la desigualdades y que 'se puedan dar situaciones de dependencia de la mujer por una relación de poder del hombre que en algunos casos está tan viciada que da lugar a los malos tratos', señaló. A estas manifestaciones sumó otras del estilo de que las políticas de discriminación positiva 'son condición imprescindible para el desarrollo de un país' y su convencimiento de que el plan de igualdad será el que permita 'la igualdad real y no la formal o nominal, entre mujeres y hombres'. Una igualdad que evitó traducir a cantidades contantes y sonantes ya que el plan 'va más allá de la cifra que se pueda contemplar en un momento determinado'.

Tras la intervención del presidente, llegó el revuelo de las asistentes en torno al dirigente popular en forma de aplausos, besos, abrazos y peticiones de autógrafos. Algunas fueron afortunadas, como una amiga de Conchita, del mismo nombre: 'Es muy simpático, me ha besado y me ha dado dos abrazos'. Otras se quejaban del guardaespaldas -'me ha echazo hacia atrás y no ha dejado que me firmara el libro', se lamentaban- o incluso mujeres del mismo corrillo, interrumpiendo a las anteriores, se atrevían a lanzar juicios estéticos. 'Le he visto algo delgado', apuntaban. Después, el autobús y en casa a la hora de comer.