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Clos y Pujol, incapaces de nombrar consejero delegado del Fòrum 2004

Enric Argullol, Manuel Castells y Óscar Tusquets se suman al 'sanedrín'

No habrá consejero delegado del Fórum 2004, al menos durante unos meses. El nombramiento de la persona que tiene que sustituir al dimisionario Josep Caminal no se producirá, con toda probabilidad, antes de la primavera próxima por falta de acuerdo entre el alcalde, Joan Clos, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Los intentos del consistorio de cerrar la crisis coincidiendo con la presentación del programa del evento, ceremonia que presidirá el príncipe Felipe mañana en el Auditori de Barcelona, se han visto frustrados.

Los encuentros entre el alcalde y el presidente de la Generalitat, después de producirse la inesperada renuncia de Josep Caminal como consejero delegado del Fòrum 2004, han sido frecuentes. En los dos últimos meses, el presidente y el alcalde han discutido cara a cara en cuatro o cinco ocasiones quién debe liderar el proyecto más ambicioso que Barcelona tiene entre manos para los próximos dos años.

El último de estos encuentros se produjo a primera hora de la mañana del viernes pasado. Pero el intento desesperado de que en la solemne presentación del programa del Fòrum, que tendrá lugar mañana en el Auditori bajo la presidencia del príncipe Felipe, pudiese anunciarse el ansiado nombre de consenso del brazo ejecutor de dicho programa, y con ello reparar de paso la maltrecha imagen del evento, ha quedado en agua de borrajas.

El Gobierno catalán es partidario de ampliar la cúpula del Fòrum 2004 y propone que, además de nombrar a un consejero delegado, se busque a una persona adecuada como director general. Esta última figura sería la que desarrollaría la labor ejecutiva del Fòrum, tarea que en estos momentos asume el concejal de Cultura, Ferran Mascarell, por delegación directa del alcalde. La propuesta de Clos de que fuera Mascarell el consejero delegado nunca fue aceptada por Pujol. Ahora ha trascendido que su nombre también ha sido vetado para el cargo de director general. Se trata de un problema de perfil.

Tanto el Gobierno del Partido Popular como diversos miembros del Ejecutivo catalán reconocen que Mascarell es la persona más capacitada para asumir el reto del Fòrum. El pero es que se trata de un concejal socialista, miembro, por tanto, del gobierno municipal. Lo que se busca es un consejero delegado apolítico, cercano a la esfera de la cultura. Alguien, pues, con un perfil más representativo que ejecutivo. En cambio, para el cargo de director general se apunta a alguien procedente del mundo de la economía o la empresa. Todo parece indicar que el nombramiento de este último cargo puede producirse en un plazo más breve, pues se trata de un perfil profesional más definido. 'En esto, la situación está más avanzada', reconocían fuentes de la Generalitat.

Pero lo cierto es que para ninguna de las dos responsabilidades se ha llegado, por ahora, a un acuerdo entre las tres administraciones socias del Fòrum: el Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Fuentes del Gobierno catalán insisten pese a todo en subrayar la 'buena sintonía' entre las instituciones para sacar adelante un evento que se anuncia como algo diferente y 'arriesgado', en palabras del alcalde. 'No hay ninguna tensión, y tampoco urgencia', insistía la misma fuente. Pese a ello, la frecuencia de los encuentros entre Clos y Pujol denota que sí hay prisa por cerrar la crisis abierta por la espantada de Caminal. Pero el temor a un nuevo fracaso a dos años vista de la celebración del Fòrum es una amenaza demasiado seria que les impone cautela.

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Mientras, el Ayuntamiento de Barcelona insiste en su postura de aquí no pasa nada. Fuentes municipales apuntaron que la presentación del programa, mañana, acallará las críticas al Fòrum.

Una de las cuestiones que más preocupan al presidente catalán es la imagen de recursos excesivamente holgados que el Fòrum ha ofrecido desde hace un año, cuando se aprobó el presupuesto de 51.500 millones de pesetas. El temor a que la anunciada recesión económica degenere en crisis de aquí a dos años, en plena celebración del Fòrum, preocupa a Pujol, que insiste en introducir medidas de austeridad.

Los recortes se han empezado a notar en las exposiciones. Los 4.000 millones previstos para las dos exhibiciones -una sobre la lengua y la otra sobre los mitos fundacionales- es probable que queden reducidos a la mitad. La exposición sobre los mitos, que en el anteproyecto debía ocupar una superficie de 6.000 metros cuadrados en el hangar de la Marina Seca, en el puerto de Sant Adrià, pasará a ocupar 4.000 en el centro de convenciones. Sobre los contenidos también planean modificaciones. Si en un principio la religión debía ser parte fundamental de esta exhibición, ahora se ha pedido a sus responsables -el grupo Gao, que dirige Pep Subirós- que reduzca estos contenidos para insistir en aspectos culturales más genéricos.

Aparte de estos recortes, Pujol insiste en que el debate central del Fòrum gire sobre globalización e identidad. El sociólogo Manuel Castells ha recibido el encargo de organizar un encuentro sobre estas cuestiones. Se da la circunstancia de que el propio Castells, según está previsto, formará parte del comité asesor que debe validar los proyectos del Fòrum. Otro miembro del consejo de sabios o sanedrín se encuentra en idéntica situación: Vicenç Villatoro, encargado de adecuar la exposición sobre la lengua, otorgada a la empresa norteamericana Applebaum, a la realidad catalana. Los otros dos miembros del comité asesor que faltaba por nombrar son Enric Argullol, ex rector de la Universidad Pompeu Fabra, y el arquitecto Óscar Tusquets, el primero por sugerencia de CiU y el segundo del agrado del Partido Popular, mientras que Castells se sitúa en la órbita socialista.

El Príncipe y 1.600 invitados

La presentación oficial del programa definitivo del Fòrum 2004, un acontecimiento que se desarrollará desde el día de Sant Jordi al de la Mercè, se está preparando desde hace ya tiempo con la intención de que se trate de toda una ceremonia, de que no falle nada, como se suele decir. El acto tendrá lugar en el Auditori y será presidido por el príncipe Felipe de Borbón. A la presentación han sido invitadas 1.600 personas, lo que indica el vuelo que se le quiere dar al acto. Se supone que ese día se concretará la sucesión de acontecimientos culturales y festivos que se producirán en Barcelona durante esas fechas, los cuales tienen que girar en torno a la diversidad cultural, las condiciones de la paz y la sostenibilidad.

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