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Bilbao se compromete a abrir el centro para toxicómanos pese a las protestas vecinales

El consejero Madrazo insiste en que Hontza no conllevará inseguridad en el barrio

Naiara Galarraga Gortázar

Los drogodependientes sin techo que pululan por Bilbao y que ahora duermen cada noche en la calle dispondrán de cobijo nocturno a partir del lunes en un centro creado por Cáritas en el barrio de La Peña. El Ayuntamiento de Bilbao confirmó ayer su compromiso de que el centro de baja exigencia Hontza (búho) reabra sus puertas para los toxicómanos ese día, a partir de las diez de la noche, pese a que persistan las protestas vecinales.

Los vecinos se niegan en redondo a que su barrio acoja este servicio donde los drogadictos más marginados tengan un lugar donde cobijarse por las noches, intercambiar las jeringuillas usadas por otras nuevas, darse una ducha, lavar la ropa, recibir atención médica o tomar un refrigerio.

Hontza permanecerá en el local de La Peña durante casi 13 meses, según acordaron el consistorio y Cáritas. El servicio se trasladará luego a la iglesia de San Antón. El Ayuntamiento, que subvenciona este centro gestionado por Cáritas, reafirmó ayer ambos compromisos por boca del concejal de Bienestar Social, Eusebio Melero. 'El compromiso de abrir el día 10 a las diez de la noche es tan firme como el de cerrar el 31 de diciembre de 2002', aseguró Melero en conferencia de prensa. Las fechas fueron acordadas por el alcalde, Iñaki Azkuna, y el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez.

El consejero de Asuntos Sociales, Javier Madrazo, visitó el local ayer, horas antes de la comparecencia del Melero. Madrazo tuvo que salir protegido por media docena de agentes antidisturbios de la Ertzaintza entre insultos de los vecinos. Madrazo, en declaraciones a los periodistas dentro de Hontza, dijo confiar en que se tomen las medidas de seguridad pertinentes para garantizar la seguridad de los usuarios y los trabajadores para que empiece a funcionar. El consejero explicó que su departamento hará 'todos los esfuerzos para que [los vecinos] entiendan que el funcionamiento de este centro con normalidad no conllevará inseguridad a la zona'.

Decenas de vecinos se concentraron ante el centro también ayer, última jornada de puertas abiertas. Los visitantes que acudieron fueron recibidos y despedidos con protestas y pitadas, incluido el consejero de Asuntos Sociales.

Madrazo transmitió, a través de los periodistas, un mensaje a quienes fuera del local protestaban: 'Espero que den una oportunidad a Hontza y que se convierta en una experiencia piloto para el resto de Euskadi'. La Policía Municipal, apoyada a veces por la Ertzaintza, custodia el local hace semanas.

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El concejal Melero apeló a 'la responsabilidad, la sensatez, el sentido común y el civismo' de los vecinos para que dejen de boicotear la reapertura. Hace cinco meses que se movilizan contra este servicio para los toxicómanos, cuya apertura recomendó la ararteko, Mertxe Agúndez.

A juicio de Madrazo, 'la información es el mejor remedio para luchar contra los prejuicios y los miedos atávicos'. Sin embargo, las jornadas de puertas sólo han servido para que unos pocos vecinos curiosos y unos 300 miembros de otras ONG, según fuentes de Hontza, conocieran directamente el lugar. El grueso de los que se oponen se negó a entrar.

El viceconsejero de Asuntos Sociales, Ángel Elías, convocó un reunión a última hora entre las partes implicadas, en el enésimo intento de consensuar una solución. A la cita estaban invitados el concejal de Bienestar Social, Eusebio Melero, el de Hacienda y además responsable del plan de rehabilitación de Bilbao La Vieja, Iñaki Etxebarria, el director de Cáritas de Vizcaya, Fernando Huarte, y dos representantes vecinales.

La Coordinadora de Grupos de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala criticó la 'actitud intolerante' de los vecinos y acusó a la policía alentar los enfrentamientos con su pasividad, y al Ayuntamiento de eludir su responsabilidad. También reiteró su apoyo al proyecto.

'Que sepan que es una gran injusticia y una imposición', dicen los vecinos

Cáritas decidió cerrar cautelarmente Hontza, tras atender allí a toxicómanos sin arraigo familiar o social durante 14 noches de julio pasado, ante la fuerte y en ocasiones agresiva oposición vecinal. Las múltiples reuniones entre sus representantes y los del Ayuntamiento y Cáritas no han servido para que acepten la apertura del centro. Ni siquiera después de que la ONG y el consistorio decidieran limitar el horario de entrada a entre las 22 y las 23 horas (cierra a las 7) y garantizaran que los usuarios saldrán del local acompañados. 'Lo abrirán, pero que sepan que es una injusticia y una imposición', declaró ayer un portavoz de la comisión creada por los vecinos hace cinco meses. Son muchos los vecinos de La Peña que creen que tras la apertura de Hontza -al que califican de 'centro de drogadicción'- se esconde un intento institucional de acabar con la problemática de la droga en el vecino barrio de San Francisco y trasladarla a su zona. A su juicio, 'detrás de esto hay intereses políticos y económicos' Los vecinos no creen a quienes, como el consejero Madrazo, les insisten en que un centro de baja exigencia no tiene por qué implicar mayor inseguridad para la zona. Tampoco se creen el compromiso público del alcalde y el obispo de que Hontza se trasladará a la iglesia de San Antón en 2003. Explicó el portavoz que con sus movilizaciones sólo pretenden defender los derechos de su barrio. Los vecinos sostienen que en las reuniones celebradas con el consistorio y la ONG sólo las propuestas de estos han sido tenidas en cuenta. No obstante, su objetivo ha sido siempre el cierre definitivo. El vecindario atribuye toda la responsabilidad de los incidentes que puedan ocurrir a Azkuna y a Blázquez. Quienes se oponen volverán a manifestarse el viernes y el domingo, y a partir del lunes intentarán boicotear la entrada de toxicómanos a Hontza.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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