El peor paraje para un colector

- La que se avecina. 'La gente de Madrid no sabe lo que se le avecina cuando entre en funcionamiento la terminal de metro de Nuevos Ministerios que conectará la ciudad con Barajas', advierte un taxista. 'Sólo la acumulación de taxis que se produce en nudos relacionados con aeropuertos es tan densa que la congestión de tráfico rodado en ese área de Madrid va a estar asegurada durante años a todos cuantos quieran cruzar la Castellana por Raimundo Fernández Villaverde, que, recuerdo a todos', puntualiza, 'forma parte de las llamadas rondas de circunvalación de la ciudad. Yo me pregunto si en esta ciudad se ha perdido la cabeza', sentencia.

- Adiós a las colas del cine. 'No me gusta nada que se pierda la tradición de hacer cola para coger tu entrada en los cines', dice Ana. 'Es una pena que un rito divertido, incluso emocionante, se vea roto por la informática y la adquisición de entradas por ordenador. A este paso', se lamenta, 'vamos a acabar convertidos todos en robots'.

- Del sentido familiar perdido. 'Soy una ciudadana ecuatoriana que resido en Madrid desde hace unos meses', cuenta María, 'y debo decirles que España no es para nosotros lo que soñamos. Quizá convertimos su país en un mito, porque al llegar y ver tantas cosas comunes, sobre todo la lengua, las calles, las costumbres, la comida, pensamos que ustedes eran iguales a nosotros, y vemos que no es así. Creo', agrega, 'que la gran diferencia entre ustedes y nosotros es el sentido de la familia, que pienso que nosotros conservamos y que ustedes, muchos de ustedes, han perdido ya'. Y explica: 'Los hispanos tenemos un sentido familiar muy acentuado que nos protege de múltiples vicisitudes de la vida, y nosotros pensamos hallar acá ese mismo sentimiento, pero vemos que la natalidad, por ejemplo, es aquí de las más bajas de Europa, incluso del mundo, y eso les ha hecho cambiar', asegura. 'Válgame Dios el considerar que somos superiores a ustedes, nada más lejos de mi ánimo; sencillamente, quiero decirles que creo que somos ya bien diferentes y me duele, porque sigo identificándome mucho con España en general y con su bellísimo Madrid, en particular', concluye.

- Atención a los teléfonos móviles. 'Me parece una locura la generalización del uso de los teléfonos móviles, en todas las circunstancias de la vida cotidiana, cuando aún se desconocen los efectos electromagnéticos sobre el cerebro o los sentidos, por ejemplo el propio aparato auditivo', reflexiona Constanza.

- Un colector en el lugar más preciado de la Casa de Campo. 'Es una vergüenza de tamaño descomunal que se quiera hacer un colector en el sitio más preciado, histórica y ecológicamente, de la Casa de Campo de Madrid', comenta Rufo. 'Me parece de perlas que haya gente comprometida con la historia y la ecología que lucha por defender un patrimonio que es de todos y que el Ayuntamiento, de manera tan arbitraria y cruel, se salta a la torera. Bravo por los ecologistas y suspenso en civismo al equipo municipal de gobierno'.

- Mobiliario difícil de liquidar. 'Es verdaderamente difícil desprenderse de muebles antiguos en Madrid', protesta Juana. 'Observo que existen, cíclicamente, anuncios sobre recorridos de camiones para retirarlos, pero está mal y poco anunciado. Además', subraya, 'ya que las empresas de muebles ganan tanto dinero, por sus enormes precios, no estaría de más que se les exigiera la retirada de muebles viejos en caso de adquisiciones de mobiliario nuevo', agrega.

- Olores. 'Vivo en El Escorial y tengo un amigo que tiene un chalé en las inmediaciones de Rivas- Vaciamadrid, una casa preciosa recién comprada', dice Juan. 'Cuando me habló de los olores de la incineradora de Valdemingómez en determinados días, no podía creer que lo que me contaba fuera verdad. Me da mucha pena que una casa tan bonita como la que se acaba de comprar tenga esa terrible limitación, aunque no huela así la atmósfera todos los días', señala.

- Sobrevuelos peligrosos. 'Cada día resulta más peligroso el sobrevuelo de Madrid por parte de helicópteros y avionetas', se queja Luisa María. 'Debería estar prohibido por los riesgos que entraña', sentencia, 'y creo que la policía y esos otros grandes, oficiales, que cruzan la ciudad hacia el aeropuerto varias veces por semana deberían dar ejemplo. Creo, en verdad, que el sobrevuelo no disuade a ningún delincuente dispuesto a delinquir y que los riesgos que los pilotos contraen, en caso de un accidente sobre la ciudad poblada, son enormes. Piénsenlo, a quienes corresponda esa responsabilidad, antes de que tengamos todos que arrepentirnos'.

- Una fiesta regional anual. 'Podría montarse una fiesta anual de las comunidades regionales en Madrid', propone Paquita. Y precisa: 'Pero nada rancio'.