Testimonios sin grandes sorpresas
La prueba testifical deparó alguna sorpresa. El convicto ex director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, no sólo aportó testimonio para condenar a sus antiguos jefes, sino que brindó a Luzón una oportunidad para atornillar a Corcuera. El fiscal se lanzó cuando Roldán dejó caer,
sin ser preguntado, que entre los regalos de Navidad de Corcuera había uno para la esposa de éste.
José Parra Molina, antiguo director de la sucursal de Indubán en Jerez (Cádiz) atestiguó que su amigo Julián Sancristóbal, le entregó 70 millones de pesetas en efectivo el día antes de su marcha de Interior y no hizo ningún otro ingreso hasta julio de 1987, un año después. Este testigo dejó en el aire la acusación de Sancristóbal de que Barrionuevo le habría entregado hasta otros 13 millones un mes después de su marcha.
Algunos testigos, como el ex subdirector general de la Policía Pedro García Juarranz, negaron haber cobrado sobresueldos, pero detallaron toda una serie de pagos que recibieron algunos fiscales de la Audiencia Nacional a cambio de dar clases, a 60.000 pesetas, a policías y guardias civiles. Otros, como la funcionaria Inmaculada Sánchez Bejo aseguró que su jefe le entregaba 40.000 pesetas de sobresueldo al mes.
Dos inspectores de Hacienda no pudieron acreditar que los 67 millones que Enrique Esquiva, suegro de Rafael Vera, invirtió en la finca 'El Relumbrar', situada en Albacete y cuya propiedad el fiscal atribuye a Vera, procediesen de los fondos reservados. En cambio aclararon que el suegro de Vera, industrial de productos metálicos, generó importantes beneficios e incluso tuvo que pagar más de 100 millones por inspecciones de Hacienda.
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