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Los teatros de la ciudad de Barcelona ofrecen cada día más de 21.000 localidades

El número de butacas se ha disparado con la apertura de nuevas instalaciones

Los teatros de la ciudad de Barcelona ponen a la venta cada día cerca de 21.000 localidades. La cifra corresponde a la suma de los aforos de las distintas salas de la ciudad, algunas de las cuales pueden modificar su número de butacas según los requisitos de cada espectáculo. La apertura de nuevos teatros y equipamientos acondicionados como tales ha disparado la cifra, que en pocos meses se ha incrementado en cerca de 5.000 plazas. El cómputo no incluye los espectáculos infantiles ni las funciones dobles. Las opiniones en el sector sobre si la ciudad puede o no absorber esta oferta son dispares.

La semana pasada, la inauguración del nuevo Teatre Lliure en Montjuïc vino a incorporar casi 900 plazas (entre el teatro Fabià Puigserver y el Espai Lliure, que iniciará sus actividades en febrero) a la oferta diaria. Esto supone un notable empujón para la actividad escénica en la zona, que ya en la pasada temporada recuperó la sala Ovidi Montllor, con 320 butacas, tras varios años cerrada por obras. Pero el auténtico boom en Montjuïc ha venido dado con la adecuación como teatro del Palacio de los Deportes, rebautizado para este nuevo uso como Barcelona Teatre Musical y con capacidad para 2.600 personas, que se estrenó oficialmente el miércoles.

Es éste el recinto con mayor capacidad en una cartelera en la que la conviven salas de todos los tamaños. Las más pequeñas son el Malic, con 50 localidades, y el Espai Escènic Joan Brossa, con 60. Y entre los grandes se encuentra otro de reciente inauguración, aunque en este caso no es un teatro estable y sólo funcionará como tal durante varios meses al año. Se trata de L'Escenari de la Monumental, ubicado en plena plaza de toros de Barcelona y con una oferta de 1.400 butacas. Entre las incorporaciones más recientes a la cartelera figura también el teatro Novedades -hace dos temporadas fue devuelto a su uso original tras una larga andadura como cine-, que puede albergar hasta 1.686 espectadores. Muy similar es la capacidad del teatro Tívoli, 1.640 butacas, y por encima de las 1.000 se sitúan también el Victòria, con 1.224, y el Apolo, que llega a las 1.040.

Las dimensiones de las salas condicionan el tipo de espectáculos que en ellas se exhiben; así, en el Malic se juega con la proximidad del público para programar montajes de pequeño formato que ganan dimensión en la distancia corta. Por el contrario, el Barcelona Teatre Musical, L'Escenari de la Monumental, el Tívoli y el Novedades son idóneos para grandes propuestas, en especial para los musicales, un género que hasta hace poco asomaba sólo de vez en cuando a la cartelera, entre otras razones por la escasez de espacios donde programarlo en condiciones, y que se ha puesto de moda en los últimos tiempos.

La altura del techo

Es inevitable cuestionarse si la oferta teatral no resulta excesiva y si en la ciudad hay sitio para todos estos espacios. Anna Rosa Cisquella, presidenta de la asociación Ciatre, que agrupa a la mayoría de las compañías históricas del teatro catalán, y responsable de los teatros Poliorama y Victòria, resume este sentimiento. Al tiempo que expresa sus mejores deseos para las instalaciones recientemente inauguradas, no puede evitar la inquietud por cómo repercutirá esta situación en el conjunto de los teatros: 'El crecimiento no ha sido gradual, sino muy rápido, y me da un poco de miedo. Creo que nos afectará a todos', opina. Y continúa: 'No quiero ser pesimista, ojalá todos los teatros se llenen, pero creo que no hay público para todos, y si a unos les va bien, a otros les irá mal. Y eso provocará una recesión que afectará a la calidad, porque para poder ser competitivos habrá que reducir costes y los teatros privados deberán intentar por todos los medios mantenerse comercialmente'. En el extremo contrario se situa el director del Teatre Lliure, Josep Montanyès, según el cual en cuestión de público 'se está lejos de haber tocado techo' en Barcelona.

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