El 'palace' de los mendigos
Una donación anónima de 108 millones sufraga parte de la rehabilitación de la Asociación Valenciana de la Caridad
Para María Teresa de Borbón la Asociación Valenciana de la Caridad era el 'Palace de los pobres'. Esta impresión quedó estampada en el Libro de Honor de la institución, donde encontramos toda una retahíla de personajes históricos: desde la Reina Victoria Eugenia, al escritor Vicente Blasco Ibáñez. Pero este edificio de porte aristocrático, creado en el paseo de la Pechina con el objetivo de erradicar la mendicidad de la ciudad de Valencia, había perdido parte de su magnificencia inicial.
Desde su inauguración por el Rey Alfonso XIII en 1910 apenas se había modernizado, a excepción del albergue construido en 1935. La adaptación a la nueva era impulsó a la ejecutiva a acometer una modernización que incluye la remodelación del edificio y la construcción de otro anexo para intentar solucionar pasado casi un siglo el espíritu de su creación: el fin de la mendicidad. Y este compromiso con este fenómeno social lo ha asumido un particular anónimo que ha donado más de 108 millones de pesetas, de un presupuesto total que ronda los 600 millones. Mantener el anonimato fue la condición indispensable para donar la cantidad. El resto de ayudas procede de fondos recaudados por la asociación y donativos de particulares, empresas y Administración.
'Tenemos el respaldo de consejería y Ayuntamiento, no obstante, pensamos que deberían implicarse más porque estamos prestando un servicio que si recayera en estas instituciones es seguro que incrementaría su coste', argumenta Antonio Casanova, presidente de la Asociación Valenciana de la Caridad, quien reivindica un cambio en la filosofía ciudadana para reducir el reguero de vagabundos. 'En Valencia se recogen, en limosnas, millones de pesetas diarios. Si aún no se ha resuelto el problema de la mendicidad es porque la gente sigue dando en los semáforos indiscriminadamente y no elige los cauces adecuados', alega Casanova subrayando la 'transparencia' de una institución que refleja los estados contables por medio de una auditoria externa. Los 1.687 suscriptores de la asociación aportaron en 2000 más de 28 millones de pesetas. En ese año se recibieron 1.658 donativos por un importe que superaba los 58 millones de pesetas.
El edificio de nueva planta, ya terminado, incorpora despachos, garajes, comedor con capacidad para más de 300 comensales, guardería y albergue para 60 personas. La ejecución de las obras no ha afectado a su actividad, que en 90 años de historia sólo se ha visto interrumpida el 14 de octubre de 1957, el día de la riada. La normalidad vuelve a los fogones que estos días sustituyen al servicio de catering que durante las obras contrató la asociación para garantizar el sustento diario.
'Colgamos el cartel de ocupado todas las épocas del año. Para evitar pillerías los trabajadores entrevistan a los ocupantes'. El año pasado 2.174 personas ocuparon las camas del albergue, 534 menos que hace tres años. La disminución está justificada por la reducción de camas de 150 plazas a 50 (más 10 de emergencia) siguiendo la normativa del Plan de Servicios Sociales de la Generalitat. Un factor al que hay que sumar la centralización de la demanda de alojamiento en el Centro de Atención a Personas Sin Techo del Ayuntamiento de Valencia.
La próxima primavera el edificio diseñado por el arquitecto Antonio Martorell bajo el protectorado del médico y entonces alcalde de Valencia, José Sanchis Bergón, lucirá su mejor cara, además de servir como centro de día, con una línea de talleres destinados a ocupar el tiempo de los que opten por refugiarse en el aprendizaje en vez de deambular por las calles.
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