Boadella dice que Pujol en declive despierta la misma ternura que Franco en agonía
Els Joglars estrenan esta noche en el Poliorama la nueva versión de 'Ubú president'
Albert Boadella y sus Joglars preparan una buena andanada para esta noche. La decadencia de Jordi Pujol; sus 'omnipresentes' hijos; el conseller en cap, Artur Mas, y el aspirante Pasqual Maragall son algunos de los temas y personajes que aparecen retratados en la nueva versión de Ubú president, apostillado para la ocasión o els últims dies de Pompeia, que se estrena en el teatro Poliorama. Al presentar ayer el montaje, Boadella se mostró extrañamente afectuoso con el personaje central, en el que se satiriza a Pujol: 'Aquí provoca una cierta ternura, ya no es el dominador, aquí ya casi no tiene visitas'. Claro que luego añadió: 'La ternura que inspiraba el Franco de los partes médicos'.
La introducción de 'els nens' es una de las novedades del montaje. 'Donde quiera que vayas hay un hijo de Pujol, como si tuviera cien mil; nosotros nos limitamos a recoger esa importante presencia de la familia', apuntó Boadella. El espectáculo, dice el director, incorpora -y lo seguirá haciendo- noticias bastante recientes, por ejemplo, Pasqual Maremàgnum, sosias de Maragall -novedad también en el espectáculo-, le dice al protagonista: 'No te preocupes, que te mantendré el sueldo, el chófer oficial, tres secretarias, una viuda...'. Para Boadella, Maragall - que ha confirmado su asistencia al estreno- es 'un buen característico, aunque no tan teatral como Pujol, que parece escapado de nuestra compañía. Maragall se queda corto, aunque a veces pujolea, como todos los políticos de Cataluña. Pujol ha impuesto un estilo dramatúrgico que puedes percibir a veces hasta al hablar con los tenderos'.
Boadella, que puso su Ubú president nada menos que en la tradición de Aristófanes, deploró que se haya perdido en Cataluña la tradición de la sátira política, lo que achacó al franquismo y al pujolismo, 'que también consideró que había cosas sagradas'. Pujol, afirmó Boadella, 'ha bloqueado la sátira política en este país', pero 'con Els Joglars no ha podido'. Así, surgió en 1981 Operació Ubú, en el que el Excels/ Pujol tenía tics en la cara; Ubú president, en el 95, en el que al Excels no se le entendía al hablar, 'lo que no ha solucionado del todo aún', y esta tercera entrega en la que el sosias de Pujol 'presenta graves problemas depresivos'. Se deben a que 'está a punto de abandonar su feudo y eso le crea tristeza, inquietud', una sensación de decadencia que 'se extiende a todo su alrededor y crea un ambiente de campi qui pugui y coge el dinero y corre'. En la obra, que incluye muchas novedades, 'el iaio', Pujol, 'tiene malos sueños, ve a Pasqual Maremàgnum su heredero, porque no cree del todo en el otro, en el suyo de verdad, pese a que es guapo y de estilo americano'.
Del nuevo Lliure, Boadella dijo que su director, Josep Montanyès, ha invitado a Joglars a trabajar allí. Condicionó su presencia, además de a que la sala les resulte rentable, a la ausencia de Lluís Pasqual: 'Él tiene otras ideas, con él no iremos al Lliure, es como con Josep Maria Flotats'.
Joan Lluís Bozzo, socio de TresXTres, la empresa que gestiona el Poliorama, dio la bienvenida al 'maestro Boadella' por tercera vez -Ubú president cierra la 'trilogía catalana' de Joglars, que conforma con los espectáculos sobre Dalí y Pla- y cuantíficó el éxito del grupo: 82% de ocupación con el primer montaje y 75 % con el segundo. Bozzo invitó a Joglars a considerar que el Poliorama es 'su casa en Barcelona' y aprovechó para romper una lanza a favor del 'teatro de creatividad catalán, que es el de las compañías'. Boadella recogió la invitación de Bozzo y subrayó las bondades del Poliorama, especialmente en cuanto a su calidez y la proximidad del público, y se preguntó cómo el anterior ocupante del teatro, Flotats, 'lo dejó para irse a hacer aquel almacén de Glòries' (el Teatre Nacional de Catalunya).
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